A veces sí, y a veces no. Y es que algunos de los últimos acontecimientos a los que ha acudido Sarah Jessica Parker no hay prácticamente ni rastro de la chispa de Carrie Bradsahw. No sé si de motu propio o porque la llama se tiene que ir apagando poco a poco o por exigencias del guión. El caso es que últmamente Sara nos da una de cal, y otra de arena.
Vamos, que la pobre oscila entre su personaje y su verdadero yo, y nosotras, fans acérrimas, hacemos lo posible porque gane siempre la protagonista de Sexo en Nueva York..
Carrie por ejemplo, jamás saldría así a la calle. Y por eso nos fascina tantísimo, porque es de todo, menos práctica y tiene de todo, menos sentido común a la hora de vestir (y sobre todo gastar). Cosa que las demás no podemos permitirnos...
Tampoco asistiría a un estreno con un look tan sumamente oscuro y un vestido tan poco favorecedor (lo único que rescataría son los zapatos de Nicholas Kirkwood, aunque ella seguramente los cambiaría por unos Manolos).
Ahora sí, el estilismo escogido por la actriz para asistir al "Show de David Letterman", ese sí es digno de la Carrie más auténtica.
Por ser la primera (después de Lilly Allen) en tener el Chanel Coco Cocoon bag y calzarse un par de stilettos de lentejuelas.
Y por sus siepre vivas combinaciones de color.
De todos modos, ahora que la saga de las chicas de Manhattan llega a su fin, por mucho que publiquen novelas que mantengan vivo su recuerdo, vamos a tener que ir haciéndonos a la idea de que Sarah Jessica Parker es cada vez menos Carrie Bradshaw...
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