Lo confieso, hay un momento en que me es imposible pensar en cómo ser chic: en el gimnasio. Mis últimas compras se han centrado en ropa de mnarca deportiva con toques flúor, una toalla amorosa de Antonio Miró para la ducha y unas chanclas con estampados para la ducha. Siempre he pensado que quien mucho se arregla para un gimnasio, poco hace. ¿No os da reparo ver a esas mujeres que van maquilladas y enjoyadas al gimnasio o peor aún, a la playa? Rosie Huntington Whiteley no sé si se maquilla pero maquearse...
A Rosie le quedaría bien hasta ir al gimnasio en pijama pero lo cierto es que es un espacio en el que es muy difícil ser un poco estilosa, aunque tampoco hace falta. La cuestión está en elegir bien las prendas (nada de tops de algodón con el ombligo al aire para tu clase de zumba si tu abdomen no da la talla). Primer analicemos nuestro cuerpo y luego elegimos en función de él. En general soy más partidaria de prendas ajustadas que de ponernos camisetas deportivas anchas. Aunque a nuestra figura aún le quede trabajo, es como a una embarazada, si optas por la moda saco no hará más que ponerte kilos encima.
Rosie lucie ideal con unas mallas de lo más originales que hacen de la transparencia una tendencia que poder llevar al gym. Luce ombligo y para abrigarse, una mega bufanda de lana gruesa. Estoy segura de que este es el punto que más váis a criticar. Yo también me fijo en otra cosa: ¿un bolso de calle para el gym? No, y menos si es de firma y caro. Al gimnasio lo que es del gimnasio. A las demás siempre nos queda hacer como Fergie, quien ha sido vista de esta guisa corriendo con su entrenador personal. Oye, discretita y muy sport. Mi recomendación como estilista, ponle un poco de color y si es flúor mejor.
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