Yo quiero un Acción de Gracias con la famiia de Gwen Stefani

Me encantan las comidas familiares. Lo sé, son germen de conflictos, trabajos inhumanos para nuestras madres (o nosotras si nos toca) y kilos de más tras estar dos meses en el gym currándotelo como una loca (como yo). Aún así tendría una cada domingo si la familia estuviera cerca. Con cubertería de plata, candelabros por todas partes, asados pantagruélicos y tonterías dichas porque se te ha subido el champán rosado a la chota.

Por eso me gustaría haber estado ayer en Miami, Los Angeles o Nueva York. Para ponerme morada de pavo, criticar a la prima hortera y olvidar el body combat con champán rosa y cerezas. Gwen Stefani sí lo ha disfrutado y me ha encantado saber cómo una familia de pro, como la de ella, lo ha hecho. Qué guapa está de rojo con un precioso vestido con bolsillos en blanco y negro.

Lo de su marido es un despropósito de principio a fin. Parece el pistolero malo de la peli que viene del funeral por el último cowboy que se acaba de cargar. ¿Y una chaqueta de terciopelo tal vez señor?

Ella se lleva todos los hurras con este vestido, su peinado y su maquillaje. Impecable y elegante. Cómo se ha refinado esta mujer.

Sus hijos son para comértelos junto al pavo y parecen ser la compañía perfecta para que una Nochebuena sea la ncohe más divertida del año.

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