Entre tanto rostro nuevo y efímero que nos inunda las pasarelas y publicaciones de hoy en día quiero hacer un pequeño tributo en forma de post a una de las grandes supermodelos de los 90 y que afortunadamente sigue dando mucho de qué hablar en la actualidad.
La protagonista de este back to the past es Carolyn Murphy, modelo estadounidense cuya época de máximo esplendor fue a finales de los 90. A la sombra de las Naomi, Kate o Claudia, eso no le ha sido óbice para tener trayectoria constante y sin sobresaltos y ser considerada hoy en día una de las modelos icónicas por excelencia.
A pesar de que nunca tuvo entre sus sueños de juventud dedicarse al mundo de la moda, fue su madre principalmente la que le animó a enrolarse en una academia de modelos en Florida, su ciudad natal. Durante sus primeros años se dedicaría a protagonizar campañas locales, sin mucho renombre, pero que le valieron para tomar su primer contacto con el mundo de la fotografía.
Al cabo de un par de años la agencia decide mandarle a Milán para que continuase sus progresos como modelo. Allí sería una modelo más, que pasaba prácticamente desapercibida hasta que un simple cambio de look accidental le catapultó hasta lo más alto.
Dicen las malas lenguas que se le fue la mano a la hora de blanquear su cabello para una sesión fotográfica y éste se le empezaba a caer por lo que no tuvo más remedio que cortárselo. De esta forma Carolyn Murphy empezaría a mostrar un look rubio platino con el pelo corto super llamativo.
Ese accidental cambio de look hizo que muchos ojos se pusieran en ella, hasta tal punto que ya comenzaría a protagonizar portadas de cierto renombre como las de Elle Canada o el Marie Claire Italia, en 1995, cuando contaba con 20 años recién cumplidos.
Con gran rapidez su nombre fue cogiendo peso al mismo tiempo que sus looks cambiaban a la misma velocidad, la llegaríamos a ver de una melena corta supermorena a una media melena pelirroja en apenas unos meses. Ese aspecto camaleónico le abrió las puertas de las pasarelas y pronto la veríamos compartir desfile con las primerísimas supermodelos en 1996.
De 1997 a 1998 tendríamos su momento de máximo esplendor sobre las pasarelas, con innumerables desfiles al mismo nivel que las más grandes, y también cifras escandalosas de portadas protagonizadas y de campañas publicitarias.
Precisamente en 1997 se convierte en imagen de Gucci, su primer gran contrato junto a Angela Lindvall, viéndola posteriormente en las campañas de Dolce & Gabbana, Calvin Klein y Versace en 1998. El broche a estas dos magníficas temporadas lo pondría protagonizando el calendario Pirelli ese mismo año.
En 1999 queda embarazada y lo que muchos temían como el fin anticipado de una meteórica carrera se convierte en todo lo contrario. Si bien en su regreso no llegaría al ritmo de trabajo de años anteriores sí que volvería con trabajos más exclusivos y por tanto mucho mejor remunerados.
Para muestra un botón, en el 2001 se convierte en imagen mundial de la firma cosmética Estèe Lauder reemplazando a Elizabeth Hurley. Este contrato junto a otros trabajos como las campañas de Versace convirtiéndose casi en una modelo icónica para la marca, o Fendi con Karl Lagerfeld en el 2002 (repetiría en el 2005), le situaban como una de las modelos mejor pagadas del momento.
Otro de los aspectos destacados de su retorno después de su embarazo fue el protagonismo que empezó a coger en publicaciones como Sports Illustrated. Y es que el embarazo le sentó tan bien que sus curvas se acentuaron, relativamente hablando claro está, y llegaría a protagonizar la portada de la prestigiosa revista en el 2005.
Tras su retorno post embarazo hubo coqueteo con las pasarelas, de hecho en el 2001 desfilaría para Balmain, Valentino, Versace e Yves Saint Laurent, aunque poco a poco fue disminuyendo su ritmo hasta el 2005, año en el cual desapareció de las pasarelas hasta hace recientes fechas, ya que sorprendentemente y contra todo pronóstico apareció en el último desfile de Louis Vuitton.
Pero su trabajo y protagonismo en publicaciones de moda y campañas publicitarias sigue siendo realmente notable. Quien tuvo retuvo que se suele decir en estos casos y sin ir más lejos, en el pasado 2010 ya la hemos podido ver en multitud de campañas.
Algunas de esas campañas de lo más sensuales, aspecto en el que hasta ahora no se había prodigado mucho. Solo hay que echar un ojo a las campañas de Tom Ford o las de Cesare Paciotti para hacerse una idea.
Pero además también la hemos podido ver hace unos meses en las campañas de Cavalli, Gap, Iceberg...y por supuesto siguiendo como imagen estelar de la firma Estée Lauder que ha encontrado en Carolyn Murphy su embajadora más reconocida.
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