Así rezaba la canción, de un grupo que nunca fue de mi predilección a decir verdad, pero que decía una realidad como una casa. ¡Cómo se cambia en la vida! Y si alguien te hace cambiar tanto o más que la vida, es un equipo de moda. El lienzo es el mismo, el cuadro totalmente distinto. Y tal es así que de obra de arte puede pasar a ser un cómic de mal gusto y peor trazo.
Me gusta la portada de Vogue Belleza con Crystal Renn, me gustan sus colores, su mirada de "sé algo que tú no sabes", su pelo, su porte, su no sé qué. Pero cuando el marco cambia, el lienzo se transforma y no siempre para mejor. ¿Puede un buen equipo de moda realizar un mal retrato? Pues sin duda sí. Y ahora que las revistas cortan gastos, presupuestos, cogen y dejan profesionales, cogen becarias y quitan expertas...
Nunca está de más decir que un buen profesional hace un buen trabajo. Así ocurre con la portada de Vogue Japón, firmada por Giampaolo Sgura y la imposible Anna dello Russo. Pero hasta los geniales profesionales, como Crystal Renn y mi admirada Ellen Von Unwerth, se equivocan en este caso con esta portada de Tush de verano, o al menos eso opina una. Me espanta y Crystal no parece ni la misma mujer, para peor.
¿Para qué sirve un estilista? ¿un maquillador? un fotógrado? ¿Y un director de arte que los elija a todos ? Para muestra un botón.
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