La rsiempre efectista revista V y el fotógrafo más vicioso del panorama internacional, Terry Richardson, nos brindan en enero de 2010 un editorial loable en el que se viene a demostrar que las escuálidas no tiene el monopolio de las tendencias más apretadas y extremadas: un mismo minivestido, aparte de sevir a dos cuerpos totalmente distintos, queda bien por igual. Si no mejor con más carne. Vamos, que no solamente las delgadísimas tienen derecho a lucir palmito. Y que se enteren los grandes diseñadores.
No veo a Crystal Renn con ningún diseño de Chanel. Seguramente Karl Lagerfeld, ex-peso pesado y recién llegado al planeta de los delgados, nunca lo hubiera permitido. Y sinceramente, y fuera de discurso “bienqueda,” da gloria ver las curvas de Renn enfundadas en outfits pensados desde un principio para el déficit de masa corporal y exceso de estructura ósea. El grácil volumen de Crystal noquea el peso pluma de Jacquelyn Jablonski sin duda alguna.
Aunque juega con ventaja porque esta modelo es un cañón de lo más sexy. La clave señores no está en lo que diga la balanza o la talla de tu ropa, sino en cómo llevas las cosas.
¿Qué os parece este duelo?
¿Demuestra o no demuestra que partimos todas del mismo punto independientemente de nuestro peso?
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