En las últimas horas, se ha conocido la noticia de la muerte de Annabelle Neilson. La exmodelo falleció el pasado día 12, pero no fue hasta ayer cuando su propia hermana confirmó la noticia de que había sido encontrada muerta en su piso de Chelsea, en Londres, víctima de un ataque al corazón, a los cuarenta y nueve años. Le decimos adiós a una mujer que fue modelo, musa del genio Alexander McQueen y una cara imprescindible en los grandes eventos londinenses, junto a su amiga Kate Moss.
Nacida en una familia de corte aristocrático, Annabelle comenzó muy joven su carrera como modelo, pero ya por entonces había vivido varios episodios difíciles. Era disléxica y, por ello, abandonó los estudios a los dieciséis años y se marchó a vivir una temporada a Australia, donde cayó en la adicción a la heroína. Se recuperó y comenzó una exitosa carrera en las pasarelas, en pleno boom de las supermodelos de los noventa.
Una vez retirada, su carrera se dirigió por diferentes caminos. Escribió una serie de libros infantiles y participó en Ladies of London, un reality en el que se mostraba la vida de varias mujeres ricas y famosas de la capital británica. A lo largo de su vida sufrió varios accidentes que le causaron lesiones que repercutieron gravemente en su estabilidad emocional.
En su vida privada, solo se casó una vez, con Nat Rothschild, y mantuvo también una larga relación con Edward Spencer-Churchill, en cuya boda se la pudo ver a principios de este mes junto a Kate Moss, en la que fue una de sus últimas apariciones públicas.
Y es que Annabelle despertaba tanto interés por sí misma como por las personas que formaban parte de su círculo más cercano. Kate Moss, su mejor amiga, a la que definía como «una hermana». Una con la que compartía ropa, se enfadaba, se reconciliaba y a la que quería. Kate ha mostrado su desolación en Instagram ante la noticia, solo con una foto de ellas en los buenos tiempos y el emoticono de un corazón roto.
También Sadie Frost era íntima amiga de la modelo y también ella ha querido mostrar en las redes el dolor por su pérdida con la imagen de una mariposa y una despedida muy especial.
Pero si la imagen de Annabelle irá siempre ligada a la de otro mito de la moda, será a la de Alexander McQueen, de quien fue musa, mejor amiga y, como a ella le gustaba decir, «él es mi marido gay». La casualidad ha querido que su muerte coincida con la presentación en Londres de McQueen, el documental sobre la vida del genial diseñador. Está previsto que, durante el acto de presentación, se le rinda a Annabelle algún homenaje espontáneo.
Imágenes | Gtresonline.
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