“Kate Moss es la Marilyn Monroe de hoy en día“. No podría resumir la vida e influencia de la modelo británica en otro tipo de frase más acertada que la acuñada por John Galliano en 2002, al hilo de reconocer la inspiración que había aportado su amiga a su colección de Alta Costura para Dior de aquella temporada. Kate Moss sería la antítesis de Marilyn Monroe en cuanto a belleza, pero en cuanto a poder mediático, en cuanto a poder de influencia hablamos de igual a igual o de alguien superior. Solo en 2011 Kate Moss ingresó 9,2 millones de dólares según Forbes y sus dos empresas lograron 12,3 millones de libras en ingresos en 2011.
Calvin Klein, la campaña que la catapultó
Las pasarelas encumbran a cierto tipo de modelos hacia un tipo de público determinado lejos de ser el masivo, menos aún en los 90 sin tanto fervor por la moda como hoy parece venderse, pero las campañas de las marcas son las que acaban por convertir a esa top model en alguien popular y conocido en todo el mundo.
Kate Moss debutó en la pasarela con 15 años y como rostro de una marca con 19 años. Yves Saint Laurent ya había visto en ella lo mismo que Versace también compartiría en una campaña grupal con un reparto que pocas veces habremos visto igual: Naomi Campbell, Linda Evangelista, Christy Turlington, Kate Moss, Carolyn Murphy, Stephanie Seymour, Shalom Harlow y Aya Thorgren. Casi todas las supermodelos más influyentes del momento unidas bajo la firma italiana. Richard Avedon era el fotógrafo.
1993 no solo fue el año en que Kate Moss logra ir asentándose sobre la pasarela, sino el que también logra su mayor impacto mediático que le abre tantas puertas, sin dejar de lado la polémica que le perseguiría durante toda su vida como supermodelo y personaje público mundial. Es el año en que sale la campaña de Calvin Klein Underwear, el mismo año en que Bill Clinton hace una de sus conocidas salidas del tiesto y se posiciona en contra de esa imagen vendida bajo la etiqueta (absurda) de “heroin chic“, la cual Kate Moss no logrará evitar durante años. La propia marca que representaba no le hizo gran favor para evitar tal etiqueta puesto que en 1996 Calvin Klein lanzó una campaña con ella llamada “Heroin Kids“.
La marca estadounidense es crucial en la creación de imagen de Kate Moss, con una modelo muy delgada, en blanco y negro, reducidas curvas, escaso pecho, una mirada atrevida y destructiva, una niña inocente, una niña mala sin ser tal, línea estética que seguirían durante años; con Kate Moss al menos hasta 1996, y luego también continuarían con el resto de modelos.
Mario Sorrenti es quien se encarga de continuar en Calvin Klein la controvertida sesión para The Face por Corinne Day. Por primera vez Kate Moss aparece a nivel masivo en una campaña en topless, algo que a lo largo de los años se convertiría en habitual. El hecho de que fuese la elegida para la fragancia ‘Osession for Men’ de Calvin Klein también le sitúa de lleno frente al deseo masculino, un público que ganó desde el comienzo gracias a su particular belleza.
Su primera aparición en el exclusivo calendario Pirelli, fotografiada por Herb Ritts, sigue ampliando el gusto por el desnudo de Kate Moss. Aún así, ella siempre ha dicho que no se considera sexy.
Kate Moss se convirtió en los primeros años 90 en una de las imágenes emblemáticas de Calvin Klein. Lejos de ser la modelo de las mil marcas, la británica era símbolo de una única sobre todo – con sus submarcas de vaqueros, perfumes, etc. – algo que duraría hasta 1999 y que en 2006 volvería a recuperarse para una nueva campaña de Calvin Klein Jeans. Dicho acuerdo le reportó 500.000 libras.
Kate Moss es diseñadora en TopShop
De todas las relaciones laborales que Kate Moss ha tenido con las marcas la de TopShop fue una de las más fructíferas. De las que ofrecen nuevos retos a la británica que tras haber probado a desfilar, a ser la imagen de múltiples firmas y de recibir distintos premios del mundo de la moda, como el otorgado por el Council of Fashion Designers of America en 2005 por su influencia en la industria de la moda o el de la Modelo del Año en los British Fashion Awards de 2006, se encontraba ante el reto de diseñar una nueva colección para el gran público.
La relación con TopShop se remonta a 2007, el fichaje se anunció en octubre de 2006, y terminó en 2010. En ese tiempo la modelo británica lanzó 14 colecciones junto a TopShop en un momento de explosión del low cost con ella convertida en la llamada trendsetter del momento.
La venta de la primera colección para TopShop el 1 de mayo de 2007 fue una completa locura con colas de horas para poder comprarla. Un año más tarde se conocía un nuevo contrato entre Kate Moss y TopShop por 50 millones de dólares para que la marca británica pudiese utilizar la imagen de la modelo en China. Y a finales de diciembre de 2008 Kate Moss renovaba otros tres años más con TopShop que al final no se cumplieron.
Las colecciones se mantenían fieles al estilo de Kate Moss, con gusto por el estilo folk, el estilo árabe, la noche, los flecos, el cuero, las camisetas serigrafiadas, las transparencias… Una moda muy de calle buscando las tendencias.
La modelo de las mil marcas
Kate Moss pasó de ser una modelo sinónimo de una marca como Calvin Klein durante los 90 a vivir todo lo contrario en la década siguiente donde se convertiría en el reclamo de tantas firmas que es imposible asociarla con una en concreto.
Sobre esta camaleónica situación de modelos y marcas ya hablé en su día y de nuevo Calvin Klein era quien se salva de esta falta de criterio con la gran Lara Stone como reclamo.
Si tuviese que pensar una o dos marcas con las que representar a Kate Moss en la década del 2000 serían Longchamp y Just Cavalli; además de TopShop, claro. Pero no han sido las únicas, la lista es bien larga: Dior, YSL, Prada, Burberry, Chanel, Balmain, Bulgari, Donna Karan, Isabel Marant, liu-jo, Stella McCartney, Salvatore Ferragamo, Rag & Bone, Versace…
La obsesión de las marcas por ella es superior a un buen criterio de asociarse a una modelo con la que presentarse entre el gran público y construir su imagen. Mientras, a Kate Moss la cuenta corriente le sigue creciendo.
El low cost quiere a la mejor. El idilio con Mango
El 11 de abril de 2011 teníamos confirmación oficial desde Mango del fichaje de Kate Moss como nueva imagen de la marca. Un año más tarde de que terminase su idilio con TopShop otra marca low cost buscaba repetir el éxito de asociarse con una de las modelos mejor valoradas con la intención de lograr mejorar la marca y facilitar su expansión internacional.
Mango venía de terminar contrato con Scarlett Johansson y de experiencias previas con famosas como Penélope Cruz pero la unión con Kate Moss es un salto de nivel notable, en una aventura en la que no falta otro de los compañeros inseparables de la británica, Terry Richardson, ya conocido de Mango por aquella época.
El resultado de esta unión son unas campañas más limpias, de estudio y fondos neutros, la apuesta por el formato anuncio de televisión y sobre todo por sumarse a la misma idea de TopShop: nuevas tendencias para las mujeres que buscan ir a la última por un precio asequible.
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