Hubo un tiempo en el la profesión de modelo tenía un cache. La que llegaba ahí lo había hecho para quedarse y labrarse un futuro en esa industria en la que las nuevas caras y los años son tus peores enemigos. Pero ya no es así, ahora ni las supermodelos quieren ser solo maniquíes que desfilan sobre la pasarela. Para ellas hay vida más allá de campañas y desfiles.
Ese grupo de chicas que solo soñaba con subirse a una pasarela ha dejado paso a una nueva generación para la que este trabajo solo es un paso intermedio para conseguir su verdadera meta, que dependiendo de a quien le preguntes, será una cosa u otra.
"Si alguien me preguntase a qué me dedico, le diría que tengo una línea de cuidado facial. No me considero una modelo". Esas eran las declaraciones que Miranda Kerr daba a la revista de Net-a-Porter, The Edit, hace unos meses. No hay una forma más clara de decir que el trabajo que te ha dado de comer desde los 13 años y por el que te has embolsado más de 4 millones de dólares al año no es tu verdadera pasión.
El mismo tipo de negación veíamos en las respuestas de Karlie Kloss en una entrevista al blog Into the Gloss. "Nunca he considerado el ser modelo como un puesto de trabajo real. Todavía tengo que determinar cuál es mi trabajo". Karlie además decía en la entrevista considerarse una atleta más que una modelo y parece que el haber ido a Harvard a estudiar un curso sobre economía y negocios hace que Kloss se vea en un futuro más como una emprendedora que en los circuitos de moda.
Otra que nunca ha escondido que lo de desfilar es solo para un ratito ha sido Cara Delevingne. La británica no ha parado de decir en sus entrevistas que el modelaje es algo temporal, que su verdadero sueño es ser actriz y si eso no funciona, dedicarse a la música, pero que si consigue entrar en el mundo de la interpretación, no volverá a trabajar como modelo.
El de Cara Delevingne parece ser el destino deseado por muchas modelos y en el que poco a poco se van haciendo un hueco. La propia Delevingne debuta como actriz este año en varias películas: Anna Karenina, The Face of an Angel o London Fields.
Y hace solo unos días se presentaba en la Comic-Con de San Diego el trailer de Mad Max, con tres modelos en el reparto: Abbey Lee Kershaw, Courtney Eaton y Rosie Huntington-Whiteley. Esta última puede que sea el ejemplo más claro de cómo una modelo se puede convertir en actriz (con mayor o menor éxito).
El de Rosie Huntington-Whiteley es uno de los ejemplos más claros. Pasó en unas horas de desfilar para Victoria's Secret a protagonizar la película Transformers en 2011. Y lo mismo pasó con Gemma Ward, que se alejó de las pasarelas para dedicarse al teatro en Australia y participar en una de las secuelas de Piratas del Caribe.
Ahora lo de los pinitos de las modelos metidas a cantantes se queda en agua de borrajas.
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