Cada vez que leo "tallas grandes" por parte de la industria suelo echar una carcajada. En especial si viene de las mismas marcas o medios que han incitado el canon de belleza de la delgadez a veces extrema. No me creo esas campañas de tallas grandes, esas portadas hechas por compromiso y porque saben que así se venderá. Solo hay que ver a Robyn Lawley. Su Instagram vuelve a ser el centro del debate con auténticas perlas en los comentarios.
La usuaria @Getti_Getti resume muy bien el tema:
I guess plus size means "not skeletor".
Si esta fotografía (sin retoques aparentes) es la de una modelo de tallas grandes entonces esta consideración es aún más perjudicial que las campañas habituales. Aquí solo vemos a una mujer muy guapa y con un cuerpazo en bikini donde no sobra ningún gramo. Vamos, una modelo apta para una campaña sin etiquetas con "plus".
Robyn Lawley es una talla 12, la 40 española, con unas medidas ideales: 91-74-100. Ella misma "está harta" de que la consideren talla grande, según declaró en una entrevista a la revista Clique.
El hecho de que tenga unas mínimas curvas es el mínimo contraste frente a tantas modelos convertidas en una línea recta. Por ejemplo, Miranda Kerr, Sasha Pivovarova, Daria Werbowy y Freja Beha Erichsen rondan entre una talla 34 y una 32.
Las tallas grandes parecen ganar atención y sitio desde hace unos años, un detalle más que positivo y que tiene que seguir creciendo. Ahora, el concepto que se vende sigue siendo el mismo que en las campañas generales, donde una modelo muy delgada aparenta representar un canon de belleza sano y correcto. Cambia el término pero se mantiene el mismo mensaje de fondo.
Foto | Robyn Lawley
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