Charo Ortín, experta en neurovirtualidad: “es muy espectacular, pero lo mejor está por llegar y necesitamos más inversión”

Su obsesión es conseguir mejorar la vida de personas con movilidad reducida y ha encontrado en la realidad virtual su mejor aliada. Es Doctora en Neurocontrol Motor por la Universidad Rey Juan Carlos y Directora del centro de rehabilitación neurológica FOREN, donde han puesto en marcha un método revolucionario que aúna medicina y tecnología. Y además ha sido elegida para formar parte de la campaña #somossmartgirls de Samsung.

Una iniciativa que, además de contar con famosas como Paula Echevarría o Blanca Suarez, tiene como objetivo dar visibilidad a mujeres como ella: mujeres reales que están teniendo un gran papel como motor del progreso en sus áreas. Mujeres que son fuente de inspiración para la sociedad y especialmente para las nuevas generaciones. Un claro ejemplo de que las mujeres pueden llegar tan lejos como se propongan.

Y así nos lo ha contado Charo Ortín en esta entrevista donde hablamos de la neurovirtualidad y del método en el que trabaja: el método Foren.

¿Qué se siente cuando uno forma parte de un proyecto que sirve de inspiración para otras muchas mujeres?

Estamos en un momento muy dulce porque ahora la medicina y la tecnología han avanzado mucho y se dan la mano. Pero también es un momento muy duro, porque necesitamos mucha ayuda: hay muchas cosas que queremos seguir haciendo, sobre todo en este área que nos hemos metido ahora de neurorehabilitación y tecnología, y necesitamos instrumentos que son muy caros.

Ojalá gracias a acciones como esta (#somossmartgirls de Samsung) la gente se pare un momento y nos dedique un minuto de atención. Que haya un oído que escuche esta sinfonía y entienda que necesitamos ayuda. Lo tengo que decir: lo que hacemos es muy chulo, es muy espectacular, aunque lo más espectacular está todavía por llegar y para eso necesitamos más ayuda e inversión.

Una chica de ciencias: ¿Cuándo supiste que querías dedicarte a esto y dudaste en algún momento de tu vocación porque no había muchas mujeres?

Te diría que ahora, en el mundo sanitario, somos más mujeres. En mi centro somos mayoría, menos un chico somos todas chicas.

Yo de pequeña quería ser granjera y no sé en qué momento decidí esto. Cuando terminé la universidad la primera opción fue la educación social, trabajaba con mujeres que estaban en tercer grado en la cárcel. Estábamos en un piso donde se alojaban los fines de semana algunas mujeres encarceladas. A mí me llamaba mucho la atención que estas mujeres, que en algunos casos habían pasado cinco o seis años en la cárcel, abrían un grifo y no sabían cerrarlo. O habían olvidado cómo vestirse. O cruzaban la calle y no sabían que había que seguir las instrucciones de un semáforo. Vamos, habían perdido esas habilidades de comportamiento. ¿Por qué? Porque en la cárcel todo te lo dan y te lo quitan: las luces se encienden y se apagan solas, el agua también… Me llamó mucho la atención que el cerebro olvidara aquellas cosas.

Me cambié de carrera y me puse a estudiar el comportamiento del cerebro y así hasta el día de hoy. He descubierto que el cerebro puede aprender y desaprender. Y mi trabajo está focalizado en que aprenda.

¿Qué mujeres te han inspirado en tu trabajo, en tu día a día?

Mi madre y mi abuela. El gran reto de mi vida es que me digan que me parezco a mi madre. En el mundo de la ciencia no tengo ningún referente femenino, quizá es algo que debería hacérmelo ver.

¿Qué opinas que aportas como mujer a este mundo de ciencia?

Es verdad que yo soy experta en neuronas espejo, que son esas neuronas que me permiten trabajar en esa rehabilitación motora, pero esas neuronas espejo tienen un papel importantísimo papel en la empatía, una cualidad muy femenina.

Las mujeres nacemos con más neuronas espejo, que tienen un papel importantísimo en la empatía, pero además estamos más educadas a desarrollarla. Charo Ortín, rehabilitadora.

Son el sustrato psicológico y analógico que la sustenta. Por ejemplo, los autistas son una población pobre en neuronas espejo, por eso tienen esa respuesta de huida y les asusta el contacto con otras personas. Y es verdad que las mujeres tienen más neuronas espejo. Además, este tipo de neuronas se pueden entrenar, se puede hacer que tengan más o menos peso en la conducta de una persona, dependiendo de cómo haya sido la educación de una persona y las oportunidades que te haya dado la vida. Las mujeres, es verdad, nacemos con más neuronas espejo y además estamos más educadas hacia esa empatía. Quizá esa ha sido mi principal inspiración.

¿Cómo ha sido el camino para convertirte en un referente en el mundo de la rehabilitación y de fundar tu propio centro, el centro Foren?

Emprender es muy complicado. Es una apuesta de mucho dinero y mucho esfuerzo, de mucho conflicto psicológico y piensas que si fracasas te estás jugando el dinero de tus padres, el tiempo de tus hijos…

Pero yo tengo una necesidad vital, no puedo evitar seguir haciendo lo que hago y soy muy feliz en mi campo. Mi papel ahora mismo es salir al exterior a contar en lo que estamos trabajando para que alguien nos ayude a llevar esta mochila, que pesa muchísimo. No quiero que me ayuden a mí sino al método Foren y a los pacientes.

Mi papel es salir al exterior a contar lo que estamos haciendo para que alguien nos escuche y nos ayude a llevar esta mochila, que pesa muchísimo. Charo Ortín, rehabilitadora.

¿Te has encontrado con mucho escepticismo cuando empezaste a aplicar realidad virtual en tu campo?

Realidad virtual y medicina llevaban mucho tiempo tonteando, pero yo me la encontré por sorpresa. No tenía ni idea de lo que era la realidad virtual: lo tenía asociado a videojuegos y a porno, pero cuando me he metido en este mundo he descubierto el potencial, la súper capacidad y el grandísimo poder que tiene. Mi sorpresa ha sido que también genera una respuesta neurológica, que es con lo que nosotros trabajamos.

Con la realidad virtual buscamos que el sistema nervioso se excite, llegue a una musculatura y le ayude a trabajar. Ese es el gran poder que tienen las neuronas espejo: como lo que ven lo imitan, lo que hacemos es utilizar la realidad virtual con pacientes que no pueden realizar determinados movimientos, de tal manera que ven en ellos mismos, esto es lo realmente importante, esos movimientos. Somos muy meticulosos y muy respetuosos con la excitación de estas neuronas. Teníamos la dificultad de encontrar una herramienta que les permitiera observarse a sí mismos haciendo un movimiento de tal manera que se excitara el sistema motor y alguien me dijo “¿y la realidad virtual?”. Me acerqué a ella, la conocí y me sorprendió. Y hasta hoy.

También por eso hemos creado el término neurovirtualidad, porque hay un componente neurológico que entra en juego y que está ayudando a mis pacientes a acelerar su rehabilitación. Con mucho trabajo: son horas y horas de repetición y entrenamiento, de lucha y de sufrimiento, no lo olvidemos, y esto es como una botellita de agua, que ayuda en el proceso.

¿Cuál es el siguiente reto en tu horizonte?

Hay que seguir creciendo. Esto que tenemos aquí no se puede quedar en algo chulo o mediático. Tenemos que hacer algo serio de verdad. El mundo médico es como un elefante que anda muy despacio, pero porque hay que tener mucho cuidado en cada paso que das. No puedes decirle a alguien que tiene un problema que tienes la solución hasta que no la tengas definitivamente. Mi gran reto es descubrir y avanzar más en este terreno. Saber cuántas horas tengo que estar trabajando, si el cerebro se cansa de utilizar esta tecnología, si se habitúa, ver cuáles son sus ventajas,...

No podemos quedarnos con lo que tenemos, hay que seguir creciendo. Charo Ortín, rehabilitadora.

¿Qué puede hacer el feminismo en tu área?

Hay un momento en la vida en el que coinciden dos cosas muy importantes: tu gran momento laboral, cuando terminas los másters, el doctorado, llevas muchos años en la empresa y has demostrado que eres genial… y el momento de la maternidad. Sé que se ha avanzado mucho en este terreno y que cada vez podemos contar más con nuestras parejas, pero sigue sin ser suficiente.

La carrera de la mujer, también en la ciencia, sigue muy condicionada por la conciliación. Charo Ortín, rehabilitadora.

La carrera laboral de la mujer, también en el mundo de la ciencia, sigue muy condicionada por la conciliación y ahí queda muchísimo por hacer. Se renuncia a muchas cosas y creo que el feminismo tiene que seguir luchando por avanzar en este terreno.

Fotos| Juan David Cortés. Samsung

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