El móvil se ha convertido en el accesorio imprescindible de nuestro día a día. Progresivamente se le ha ido dando más protagonismo, hasta el punto de que ha conseguido apropiarse de tareas que antes eran patrimonio de dispositivos dedicados.
Con el móvil hacemos las fotos que antes hacíamos con las cámaras de fotos, escuchamos la música que antes escuchábamos con el MP3, vemos las series y las películas que antes veíamos con una tableta o el ordenador, o nos comunicamos con personas con las que antes nos comunicábamos únicamente en vivo y en directo.
El móvil ha traído a nuestras vidas nuevas formas de relacionarnos con el mundo: las redes sociales o la mensajería instantánea (lo de instantánea en teoría, claro, que no necesariamente hay que responder al instante a los mensajes) son el equivalente de las cartas cuando se “inventó” el correo postal o del teléfono en su momento. Prácticamente todo lo que hacemos, hasta en lo relativo al trabajo, pasa por el smartphone, un dispositivo de apenas 200 gramos que desde 2017 ya es responsable de más del 50% del tráfico de Internet total (según Statista).
Las cifras hablan por sí mismas
Las estadísticas de uso de los dispositivos móviles son excepcionales. Cada año aumenta el tiempo que pasamos usando el smartphone y las apps instaladas en los terminales. Según un estudio de Flurry, los usuarios de smartphones en EE.UU. pasaban ya, en 2017, más de cinco horas delante del móvil, lo cual supone un 20% más de tiempo que en el año anterior. En 2018, según Quartz, el 70% del tiempo que pasamos en Internet lo pasamos usando un smartphone.
Si vamos a los detalles de cada generación, los millennials son los que más tiempo pasan delante de sus teléfonos, según Nielsen, mientras que los usuarios de edades más avanzadas reparten el tiempo online entre el móvil, las tabletas o los portátiles de manera más repartida.
Según el estudio 2018 Global Mobile Consumer Survey de Deloitte, los usuarios norteamericanos comprueban de media 52 veces su móvil al día. Es decir, más de dos veces por hora. En vacaciones, otro estudio habla de 80 desbloqueos diarios, con picos de varios cientos incluso al día. Son datos que pueden extrapolarse a otras geografías, aunque los datos más relevantes (y sorprendentes) son los nuestros basados en nuestra propia experiencia.
Tus cifras de uso son aún más interesantes
Las cifras anteriores son estadísticas genéricas. Ahora, ya es posible que los propios usuarios sean los que lleven cuenta del tiempo que invierten delante de su teléfono, e incluso con detalles sobre el uso de cada aplicación. Google presentó la funcionalidad “Bienestar Digital” con Android Pie, Apple presentó “Tiempo de Uso” a mediados del pasado año, e incluso Huawei tiene su propia aplicación para sus terminales, llamada “Balance Digital”.
Una de las primeras personas que probó este tipo de aplicaciones fue Amparo Babiloni en Xataka Android. En un artículo experiencial dejó plasmadas su impresiones. La primera fue la sorpresa al poner en cifras de minutos y hasta horas los tiempos de uso del terminal. Cifras de hasta más de siete horas de uso y casi doscientos desbloqueos diarios con cientos de notificaciones.
Estas apps de gestión del tiempo de uso permiten poner temporizadores para limitar el tiempo de uso diario de cada app por separado. Aunque no son, como subrayaba Amparo Babiloni, realmente útiles. Si los configuras de un modo exigente, acabas por extender el tiempo de uso o por desactivarlos completamente.
Otra usuaria, Valeria González, de 25 años, coincide en la apreciación de la redactora de Xataka, sorprendiéndose del tiempo total que usa el terminal. "Muchísimo más del que pensaba". Lleva usando la gestión de tiempo desde enero, y está consiguiendo gestionar mejor el uso de su terminal. "Ver que algunos días lo desbloqueo 300 veces da que pensar".
La app "estrella" es Instagram. Sofía (25 años), usuaria a la que le da algo de vergüenza admitir que está todo el día pendiente de las notificaciones del móvil, confiesa que es Instagram la app que más usa. Los millennials son usuarios ávidos de esta red, aunque por detrás llega la generación Z, donde YouTube o TikTok son las estrellas del tiempo de uso del móvil.
Amparo Babiloni, en su experiencia de cuatro semanas, pasó del estrés inicial al conocimiento conciliador. Al final, este tipo de apps cuantificadoras permiten que diseñemos estrategias de uso de los terminales más basadas en las sensaciones que en los datos rigurosos. Valeria, directamente sustituye el estrés de saber que se está cometiendo un exceso, por la autocrítica: "Es una estupidez dedicar algunos días tanto tiempo al móvil".
El interés de la gente viene de la experiencia de sus amigos. Este tipo de aplicaciones empieza a ser conocido y habitual entre los millennials y suscita interés. La reacción en generaciones más tempranas como la de Amparo (en la treintena) es algo diferente, pero, en los dos casos, la utilidad de la app va pasando de fijarnos en "el dato" a crear una conciencia de uso "responsable". Vamos, que nos ayuda a no pasarnos, aunque sin caer en el uso de los temporizadores de un modo estricto.
Otras curiosidades
Valeria y Sofía, sin embargo, sí se mostraron partidarias de instalar este tipo de temporizador y llevar un seguimiento riguroso de los terminales de sus hijos (cuando los tengan, claro está). También hablaron de la influencia de vivir en pareja sobre el uso del terminal: cuando se vive con la pareja, el tiempo de uso sería menor al pasar más tiempo "físico" juntos.
Como efecto colateral surgió la idea de identificar posibles relaciones paralelas a partir de detectar un uso excesivo de aplicaciones como WhatsApp por parte de tu pareja sin tener que caer en la tentación de abrir la app directamente. Es lo que tienen los datos: pueden usarse para muchos fines.
Netflix, contrariamente a lo que pueda pensarse, no es una app que aparezca en el top de uso de aplicaciones. "Como mucho mientras me estoy bañando puedo ver algo en Netflix", dice Valeria. En general Netflix se sigue viendo en la tele antes que en la pantalla del smartphone.
Este tipo de apps también muestran situaciones excepcionales. Por ejemplo, Valeria detectó un pico de uso de Twitter justo en la semana en la que tuvo lugar la crisis social y política en Venezuela, como fuente de información de lo que allí sucedía. Tanto Valeria como Sofía creen que una utilidad indirecta del uso de las apps de gestión del tiempo es la de darte pie a pensar por qué se usa una app más de lo que en nuestro fuero interno sabemos que tenemos que usarla.
Los fabricantes quieren facilitar el uso responsable de sus dispositivos y ya no dudan en incluir de serie este tipo de funcionalidades. ¿La veremos en el Huawei P30? En horas horas lo sabremos.
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