Desde hace unos años, la sostenibilidad ha ido ganando peso en nuestras vidas: en la moda que compramos, en la comida que consumimos y hasta en cómo decoramos nuestro hogar. Buscamos contribuir con lo que está en nuestra mano a crear un mundo más sostenible no solo con el medioambiente, sino también con las personas.
Una de las aristas de la sostenibilidad, en su significado más amplio, es el empoderamiento femenino. Cómo, desde nuestro modo de consumir, podemos contribuir a un mundo en el que las mujeres más vulnerables tengan la capacidad y el apoyo para recorrer su propio camino. Y ese es el pilar de BOTANISK, la nueva edición limitada de IKEA.
BOTANISK se enmarca en el proyecto de colaboración con artesanos y entidades sociales que IKEA puso en marcha en 2012. Este año, la colección se ha creado gracias al trabajo conjunto de los diseñadores de la firma sueca con seis emprendedores sociales de Tailandia, India, Rumanía y Jordania.
Y no sería posible sin el dedicado trabajo de mujeres artesanas que, con sus manos, han creado cada pieza y la han convertido en mucho más que un objeto bonito: un artículo con una importante contribución al empoderamiento femenino.
Una mujer, una historia
Cada mujer tiene su historia. Y en el caso de las mujeres artesanas que han colaborado en la creación de BOTANISK, sus historias son especialmente conmovedoras.
Kavitha Nagaraj, de la India, ha trabajado como tejedora de las bolsas de almacenaje colgantes (5€) y maceteros para plantas de distinto tamaño, 9 centímetros (9€) o 32 centímetros (25€), de la colección. Son productos elaborados a partir de corteza de bananero, un material natural que, de no usarse para este fin, se desperdiciaría.
Hasta hace algo menos de un año, Kavitha no había trabajado como tejedora, pero, desde entonces, ha aprendido cada paso del proceso y, ahora, es responsable del control de calidad del centro de producción de Industree Craft (uno de los emprendedores sociales colaboradores de IKEA) en Madurai. A ella, obtener ingresos a partir de su trabajo le brinda la oportunidad de llevar a sus hijos a una buena escuela.
Kiang Aitao es una ceramista de Tailandia con 18 años de experiencia. En la colección BOTANISK, ha ofrecido su conocimiento como supervisora, y ha trabajado como artesana del esmaltado de las piezas de cerámica de la nueva edición limitada de IKEA, que incluye maceteros de líneas orgánicas (15€) perfectos para colgar de los accesorios de macramé (5€), también elaborados por mujeres artesanas, o para colocar en nuestro salón y dar un toque único a ese rincón.
“Me encanta que los artículos que he creado con mis propias manos acaben en los hogares de todo el mundo. Estoy orgullosa”, cuenta Kiang.
Abeer Almnajed, de origen sirio, era esteticista en su país natal. Hace siete años, huyó de la guerra que asoló su tierra y se refugió con su familia en Jordania. La suya es una historia de superación, de esas que inspiran a diario a miles de mujeres: Abeer trabaja para la Jordan River Foundation (otra de las entidades colaboradoras de IKEA) como costurera. “Bordar se parece mucho a maquillar. Es una forma de arte que requiere paciencia y un pulso firme”, explica.
Con sus manos, ella y otras mujeres han imprimido su talento en piezas textiles, como cojines (13€) o bolsas de tela (5€), bordando motivos botánicos que llenan un hogar de verdor y reminiscencias naturales. Objetos que nos hablan de cómo las tareas sencillas y artesanales tienen el poder de hacer brotar un mundo más igualitario y con más igualdad de oportunidades.
Un hogar que apoya el talento femenino
Sin prisa, pero sin pausa, el empoderamiento de la mujer se abre camino en cada sector. Lo ha hecho con fuerza en la moda, y lo hace también en la decoración a través de series como BOTANISK. ¿Cómo hacerle un hueco en nuestro hogar?
El resultado de ese trabajo de colaboración entre trabajadoras de India, Jordania, Rumanía y Tailandia y una firma con la presencia internacional de IKEA es una colección que nos habla de artesanía contemporánea y de sostenibilidad (en el más amplio sentido, como decíamos al principio). Una edición limitada de aspecto natural, en la que reinan los materiales duraderos y orgánicos, como la corteza de bananero o el algodón.
Se trata de una colección que nos anima a seguir el impulso (reflejado en nuestra carpeta de ‘Guardados’ de Instagram) de llenar nuestro hogar de plantas a las que mimar y cuidar.
Contiene maceteros colgantes de arcilla (9€) o de yute y algodón (9€); alfombras tejidas a mano (29€) para dar a nuestro dormitorio un toque bohemio y campestre; bolsas de tela (19€) para almacenar nuestras herramientas de jardinería (y cumplir con nuestro objetivo de reducir los plásticos que usamos en casa) y hasta un molde (15€) para crear nuestras propias macetas de papel y dar forma, por fin, a nuestro propio huerto urbano en el que cultivar especias o plantas aromáticas.
Si tú también sientes la necesidad de hacer más cosas con tus propias manos (es una manera de aprender de la naturaleza, de entender sus ciclos de integrarla en tu día a día), de apostar por la sostenibilidad en tus decisiones ‘deco’ y de apoyar con pequeños gestos el empoderamiento de mujeres de otros países, las de BOTANISK son unas herramientas más a tener en cuenta.
Imágenes | IKEA