Vuelve un clásico de Disney a la gran pantalla, vuelve Aladdín, esta vez en versión real. Una emocionante e impresionante adaptación del clásico animado, un musical acompañado de una banda sonora excepcional del compositor Alan Menken (ganador de ocho Oscar), y un vestuario impresionante, con un increíble despliegue de telas, texturas y colores que no te va a dejar indiferente, responsabilidad de Michael Wilkinson.
La película está dirigida por Guy Ritchie y cuenta la historia del encantador pícaro Aladdín (Mena Massoud), la valiente y decidida Princesa Jasmine (Naomi Scott) y el divertidísimo Genio (Will Smith) que puede ser la clave del futuro de ambos. Una producción que cuenta con Jordania y sus espectaculares paisajes desérticos como telón de fondo, además de una puesta en escena impresionante. En cines desde el 24 de mayo, un perfecto plan de ocio.
El diseñador de vestuario Michael Wilkinson (nominado al Oscar por La gran estafa americana) es el responsable del magnífico vestuario de esta película. Wilkinson se reunió con los realizadores y el estudio en el inicio de la pre-producción para elegir las temáticas del vestuario de cada uno de los protagonistas. Para todos los que formaban parte del equipo era importante que el vestuario encajara con la etnia de los personajes y el área geográfica de la que proceden. Para saturar de manera colorida el mundo que estaban creando en la pantalla, Wilkinson se trasladó a África, Oriente Medio, Turquía y Pakistán en busca de telas y tejidos de colores muy llamativos.
Al igual que en el diseño de producción de la película, hay un marcado contraste entre dos mundos muy diferentes: la gente del reino ficticio de Agrabah, el pueblo, y la que viste la familia real en su lujosa vida en palacio.
El vestuario de la princesa Jasmine
El vestuario de la princesa es imponente. Aunque la mayoría de las mujeres de Agrabah visten con la moda árabe tradicional con estampados grandes, atrevidos y motivos florales arabescos. Los estilismos de Jasmine (Naomi Scott) están inspirados en el sur de Asia, con diseños realizados en sedas, estampados de cachemir, abalorios y bordados. Todo como homenaje a su difunta madre, que provenía del vecino reino de Shehrabad. Scott también es del sur de Asia, y la conexión entre el personaje y su propia herencia cultural tuvo mucha importancia para la actriz.
Wilkinson diseñó para ella nueve estilismos, todos cargados de color, tonalidades muy fuertes para expresar su enérgica personalidad y su pasión por la vida, y siempre combinados con llamativas joyas en tonos turquesas. “Tiene todos los vestidos con los que podría soñar, pero en realidad la protagonista lo que quiere es salir de palacio y ver a la gente", explica la propia actriz. Tenerla metida en palacio para llevar todos esos vestidos tan opulentos contrasta con lo que quiere de verdad y con quién es en realidad. Cumple con los deberes que corresponden a una princesa, pero cuando sale de paseo por el mercado o con Aladdín prefiere llevar pantalones o bombachos.
Entre sus creaciones más llamativas está un vestido color naranja bordado y una capa verde en la falda, mangas transparentes y detalles dorados, que se pone para saludar al Príncipe Ali en palacio. “Es un estilo más del sur de Asia, pero se pueden ver influencias de la cultura árabe como el corpiño y las joyas", dice Wilkinson.
Otros de los diseños más especiales y llamativos es cuando le presentan al Príncipe Anders. En esta ocasión Jasmine luce impresionante. La protagonista lleva un vestido color magenta con detalles en turquesa, muchos abalorios dorados y una cola de tres metros, lo que sugiere que se trata de un acontecimiento formal. La falda muy recargada con ribetes de monedas y preciosas joyas que brillan, se superpone a unos pantalones de seda turquesa que añaden un toque moderno al look pero fantástico.
El traje de dos piezas de color turquesa que lleva Jasmine cuando baila con Aladdín (como Príncipe Ali) en la Fiesta de la Cosecha es una maravilla. Se trata de una pieza que está bordada a mano y adornada con cristales, abalorios de oro y piedras de colores. “Son unos pantalones bombachos muy amplios de color turquesa con una pluma de pavo real y hacen referencia a su traje de la película animada", dice Wilkinson.
Al final de la película, la protagonista luce un espectacular vestido crema, decorado con estrellas doradas y otros detalles también en oro (no disponemos de fotografía). Un diseño con el que luce guapísima. Es un momento muy especial de la película.
El look de Aladdín
Crear la transformación de Aladdín también resultó apasionante. Podemos ver la asombrosa transformación que convierte un humilde chico de la calle en un príncipe majestuoso: “barajamos varias siluetas y decidimos que sus trajes de Príncipe Ali debían abrumarlo un poco”, explica Wilkinson. El protagonista pasa de outfits de la clase baja a lucir un look elegante, con una túnica blanca cargada de detalles dorados.
El número Prince Ali, el más espectacular de toda la cinta, una auténtica pasada, supuso un enorme trabajo para Wilkinson y su departamento, debido al tamaño y a la envergadura de la puesta en escena y al número de actores y extras que participaban. Se crearon más de 200 trajes desde cero específicamente para estas escenas, y cada individuo tenía su propio look que abarcaba vestuario, peinado y maquillaje.
El look del genio en color azul, por supuesto
El divertido genio está interpretado por un soberbio Will Smith. Divertidísimo. Os lo aseguro. Diseñar looks para el personaje del Genio planteó a Wilkinson un desafío diferente, ya que una parte de la película es un ser creado por ordenador. El diseñador quería rendir homenaje al actor creando un vestuario ajustado a su personalidad, pero a la vez tenía que ser reconocible para el público. “Trabajar con Will fue una gozada. Es tan audaz y le saca provecho a todo. Decidimos que su personaje fuera muy caprichoso así que cada vez que sale tiene modificaciones y ajustes a su atuendo”, explica Wilkinson.
Wilkinson jugó con estilos diferentes antes de decidirse a crear los estilismos finales, haciendo capas con cientos de metros de telas preciosas de color azul. Sus sombreros/coleteros se convierten en su marca distintiva y el azul en su color fetiche. El genio es sin duda una de las grandes atracciones de esta fabulosa adaptación.
Una historia mágica inolvidable
Las calles de Agrabah, una ciudad repleta de belleza y encanto, son el hogar de Aladdín, un chico que está deseando dejar atrás su vida de ladronzuelo porque está convencido que el futuro le depara grandes cosas. Al otro lado de la ciudad, la hija del Sultán, la princesa Jasmine, que también alberga sus propios sueños. Jasmine desea conocer la vida que hay más allá de los muros de palacio y aprovechar su título para servir mejor a su pueblo, pero su padre es muy protector y su doncella, Dalia (Nasim Pedrad), la vigila de cerca. El Sultán (Navid Negahban) está preocupado por encontrar un buen marido para su hija, mientras que Jafar (Marwan Kenzari), su leal consejero y un poderoso hechicero, trama un plan para hacerse con el trono.
Aladdín acude al rescate de Jasmine cuando la princesa visita el mercado disfrazada de plebeya. Él queda prendado de su belleza y personalidad, aunque desconoce por completo su verdadera identidad. Por casualidad, cae en manos de Aladdín una lámpara de aceite mágica con un extravagante Genio, que concede el deseo que le pide Aladdín: convertirse en alguien digno del amor de Jasmine y del respeto del Sultán, ser el Príncipe Alí. Aladdín y el Genio se hacen amigos y la princesa sucumbe a sus encantos. Juntos van a embarcarse en una peligrosa aventura que pondrá a prueba el amor que sienten el uno por el otro.
Fotos | Disney
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