Poco a poco vamos conociendo más detalles acerca de cuáles van a ser las características de la conocida como "nueva normalidad". Las fases del desconfinamiento ya están en marcha y el trabajo del Gobierno y de las distintas Comunidades Autónomas de nuestro país se centra en conseguir un equilibro entre el regreso a una actividad social rutinaria y la seguridad de las medidas sanitarias.
Algunas noticias apuntan que superficies comerciales de más de 400 metros cuadrados se preparan para abrir el 25 de mayo y que las terrazas de los bares ya podrán abrir a mitad de aforo a partir del ingreso en la fase 1, pero ¿qué sabemos de la posibilidad de bañarnos en playas o piscinas este verano?
Mucho se ha especulado durante los últimos días sobre este tema, ya que el sector turístico espera poder reanudar la actividad cuanto antes y la mayoría de nosotros deseamos poder darnos un buen chapuzón cuando las temperaturas superen los 25 grados. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de publicar un estudio donde detalla varios aspectos importantes a tener en cuenta para bañarnos de forma segura mientras el SARS-CoV-2 siga entre nosotros.
El primer punto interesante de este estudio radica en que el CSIC defiende que "en actividades recreativas, la infección por SARS-CoV-2 por contacto con el agua de condiciones estándar para el baño, es muy poco probable". Al mismo tiempo, añade que "estas actividades generalmente implican una pérdida de las medidas recomendadas de distanciamiento social", el factor de seguridad de mayor importancia en este caso.
En relación con las fechas, según el plan de desescalada del Gobierno, los baños en las playas y en las piscinas no estarán permitidos hasta la fase 3. En principio, está prevista -en los casos en que no haya retrasos por motivos sanitarios- para el 8 de junio. Las piscinas suelen abrir a mediados del mes de junio, así que aquellas zonas que sigan las pautas del plan de desescalada sin obstáculos igual pueden abrir con normalidad de fechas sus instalaciones.
Así, vamos a descubrir cuáles son las recomendaciones del CSIC para bañaros de forma segura en distintos ambientes acuáticos.
Las piscinas y aguas desinfectadas de forma continua son los medios más seguros
El informe del CSIC expone que el uso de desinfectantes (en forma de cloro, por ejemplo) en piscinas y spas debería ser suficiente para la inactivación del virus. En concreto, apunta que "en piscinas y spa [...] la concentración residual del agente de desinfección presente en el agua debería ser suficiente para la inactivación del virus".
Tanto en piscinas abiertas como cerradas, el principal punto a tener en cuenta es un correcto mantenimiento de la desinfección del agua y de los espacios adjuntos, “no hay evidencia de que el virus que causa COVID-19 pueda transmitirse a las personas a través del agua en piscinas, jacuzzis, spas o áreas de juego con agua. El funcionamiento y mantenimiento adecuados (incluida la desinfección con cloro o bromo) de estas instalaciones deberían inactivar el virus en el agua".
Así, el baño en aguas correctamente tratadas no debería ser un problema, siempre y cuando mantengamos la distancia de seguridad mínima para evitar el contagio por medio de secreciones respiratorias.
Las playas también son lugares seguros para el baño, aunque existen menos pruebas sobre esta afirmación
La desinfección que existe en piscinas, tanto públicas como priavadas, desaparece en medios naturales. Con respecto al posible baño en playas, el estudio del CSIC expone que "aunque actualmente no existen datos de la persistencia del SARS-CoV-2, el efecto de dilución, así como la presencia de sal, son factores que probablemente contribuyan a una disminución de la carga viral y a su inactivación".
Asimismo, añade que la arena podría ser también un lugar seguro, "aunque no existen estudios sobre la prevalencia de virus en la arena presente en playas o riberas, la acción conjunta de la sal del agua de mar, la radiación ultravioleta solar y la alta temperatura que puede alcanzar la arena, son favorables para la inactivación de los agentes patógenos".
Al igual que en los demás casos, la distancia interpersonal sigue siendo el principal factor de seguridad.
Los ríos, lagos, pozas y aguas remansadas de agua dulce son los medios menos recomendados
El CSIC sí que subraya que la supervivencia del SARS-CoV-2 en agua de ríos, lagos, pozas, aguas remansadas de agua dulce y no tratada puede ser superior. En este caso, recomienda extremar las medidas de precaución para evitar aglomeraciones y apunta que estos son los medios más desaconsejables en relación con otras alternativas, como playas y piscinas.
En resumen, las playas y piscinas son medios relativamente seguros y el distanciamiento social es el único factor totalmente infalible, según apunta este estudio del CSIC. De este modo, igual podemos disfrutar de un agradable baño este verano, siempre que seamos responsables y sigamos las medidas de seguridad que defienden los expertos.
Fotos | Unsplash
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