¿Cuándo llevaremos la ropa que no se mancha?

A finales de noviembre, publicamos un post en el que os hablábamos de los tejidos tecnológicos. Sí, sí, esos tejidos capaces de alterar su naturaleza como respuesta a la acción de diferentes estímulos externos, tanto físico como químicos. Una fibra inteligente podría ser la que al experimentar una variación en la temperatura, cambiase de color, combatiese las bacterias, regulase la distribución de cosméticos o medicamentos, entre otras cualidades.

Recuerdo que al buscar información sobre esos hidrogeles, microcápsulas, textiles crómicos, tejidos con memoria o electrónicos no pude evitar pensar en lo interesante que sería que inventasen ropa que no se manchase o que si se manchaba fuese capaz de repeler las manchas. ¿Os imagináis la de lavadoras que nos ahorraríamos?

Los tejidos inteligentes avanzan gracias a la nanotecnología

En el 2008, científicos de la universidad de Michigan lograron crear un tejido compuesto por un 95% de aire, que daba lugar a una superficie impermeable que conseguía que cualquier líquido que se derramase sobre ella, rodase sobre su superfice sin atravesarla. Un auténtico hito en lo relacionado con la nanotecnología.

El tejido omnifóbico imita las propiedades de las plumas del pato que tienden a repeler los líquidos

La clave estribaba en el revestimiento del tejido formado por una mezcla de partículas plásticas y elásticas a las que habían añadido carbón, flúor, silicio en forma de setas y oxígeno. Juntos formaban una capa compuesta por bolsas de aire que se podía adherir a cualquier superficie porosa, impidiendo que los líquidos la traspasasen y llegasen a ella.

Según la explicación que dieron estos científicos a las órdenes de Robert Cohen, un líquido al caer en los bordes formados por los paraguas de estas setas de silicio deja cierto espacio entre ellos, lo cual provoca la formación de unas gotas (que mantienen su forma esférica) que pueden eliminarse fácilmente desde la superficie.

La nueva tela está basada en las propiedades naturales de impermeabilidad que poseen ciertas aves. A través de la nanotecnología se ha desarrollado una malla microscópica que, aplicada a la superficie de un tejido como si fuera una membrana elástica, impide el paso de sustancias.

Ni que decir tiene que este nuevo material podría revolucionar el mundo de la industria textil, utilizándolo para crear tejidos anti-manchas, en forma de delantales o monos de trabajo para que los utilizasen en los laboratorios, y en todos esos sitios donde la gente tiene que estar en contacto con sustancias químicas altamente corrosivas. También para cualquier miembro uniformado del ejército, creando prendas con sistemas de protección frente a amenazas de tipo químico o biológico en general.

Si alguno se ha preguntado por qué no he mencionado las gasolineras o los talleres de coches, de aviones o de barcos es porque los líquidos densos y viscosos como los aceites o los alcoholes se siguen adhiriendo a esta nueva superficie omnifóbica.

El lavar se va a acabar

Mientras los científicos siguen trabajando para intentar solventar este problema - parece que el equipo del ingeniero Anish Tuteja de la Universidad de Michigan ha dado ya con la solución -, esta noticia nos hace pensar que ya falta menos para que demos por terminada la batalla contra las dichosas manchas.

¿Os imagináis la felicidad de poder disfrutar de camisas blancas o corbatas inmunes a las salpicaduras de salsas o al vino tinto? He leído que se trata de tejidos que podrían permanecer bajo el agua más de dos meses y permanecer secos. Sin embargo, como nada es para siempre, la principal deficiencia del nuevo material es su fragilidad.

Fotos | Universidad de Michigan , Wikipedia
En Trendencias | Tejidos tecnológicos, mirando al futuro de la moda

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