Cuando hablamos de crueldad animal dentro de la industria de la moda solemos pensar automática y casi exclusivamente en el uso de pieles. En aquellas prendas que, para poder ser fabricadas, ha tenido que ser sacrificado un animal.
Sin embargo, hay otros materiales como las plumas, el mohair, la seda o la lana que también son de procedencia animal y que, aunque para su producción no es necesaria la muerte del animal, conllevan un gran sufrimiento.
Ahora que varias firmas de lujo como Gucci, Burberry, Versace o Michael Kors han decidido dejar de utilizar pieles y que hasta una ciudad entera como Los Ángeles ha prohibido su venta y manufacturación, PETA se ha puesto un nuevo objetivo con el uso de la lana.
El pasado noviembre, la ONG organizó una protesta contra Forever 21 frente a su tienda en Times Square por utilizar lana de ovejas maltratadas e incluso le pidió a un pueblo inglés llamado "Wool" (lana en inglés) cambiar su nombre por "Vegan Wool".
Tal y como denuncia PETA, el hecho de que a los esquiladores se les pague por volumen y no por hora fomenta el trabajo rápido y sin consideración por el bienestar de la oveja. Citan a un testigo que asegura haber presenciado cómo esquiladores golpear a las ovejas hasta hacerlas sangrar. Así como a ovejas con media cara cortada por la esquiladora.
De Australia proviene más del 50% de la lana merino del mundo. Allí los corderos son forzados a soportar un proceso llamado "mulesing", en el que son mutilados en la zona que rodea al ano para evitar una enfermedad conocida como miasis.
Esta enfermedad se produce debido a la excesiva rugosidad de la piel de las ovejas. Cuando se mezclan en sus arrugas el sudor, la orina y las heces se crea un lugar propicio para que las moscas depositen sus huevos.
Mediante esta práctica, la piel queda estirada una vez cicatrizada. Es un método muy doloroso, de larga curación y que se practica sin anestesia.
En 2006 PETA ya lanzó una campaña de boicot enfocada especialmente a Benetton por su relación con la industria ganadera australiana. Sin embargo, los cambios no llegaron.
Sí funcionó en mayo del año pasado un vídeo que la ONG difundió mostrando el sufrimiento de cabras maltratadas en granjas de Sufáfrica, país de donde proviene más de la mitad de la lana mohair vendida en el mundo.
Con él pedía a las autoridades del país que abrieran una investigación. Sin embargo, fueron empresas de moda como H&M, Gap, Inditex, Mango o Primark las que se comprometieron a excluir esta fibra de sus prendas antes del 2020.
Otra campaña tuvo como protagonista a Alicia Silverston, que se desnudó para la causa con el lema “Prefiero ir desnuda antes que usar lana”. Como portavoz de PETA, la actriz nos animó a decantarnos por prendas veganas.
Foto: Instagram @jestem_kasia.