¿Están yendo demasiado lejos las cadenas low-cost con el tema de los clones?

Cuando entras en una tienda low-cost es muy difícil por no decir imposible que, de entre todas las prendas que están a la venta, no encuentres al menos una que sea parecida (o igual) a las prendas que meses antes los diseñadores internacionales han presentado en las distintas semanas de la moda. Véase el caso de Zara y su explosión de rayas made in Prada el año pasado. No veo mal que estas tiendas saquen algunas prendas que sigan la misma línea que las de los grandes diseñadores, al fin y al cabo tratan de seguir la tendencia, pero en algunos casos ¿no se estarán pasando?

El caso más reciente envuelve además a una blogger. Sussie Lau (Sussie Bubble) quien se dirigía hace unos días a Topshop vía Twitter pidiendo que por favor retirasen un vestido de la tienda que era una copia de uno de los modelos de la colección primavera-verano 2011 de la diseñadora Yasmin Kianfar.

Está claro que a los grandes nombres puede causarles algún que otro quebradero de cabeza que copien alguna de sus prendas, pero creo que perjudica mucho más a un joven diseñador que está empezando y que no tiene los mismos medios que una gran firma. El resultado fue que la cadena inglesa retiró el vestido en menos 24 horas.

Otro caso reciente envuelve a Prabal Gurung y Primark, y de él nos volvemos a enterar por Twitter (bendito Twitter). El diseñador se hacía eco de una foto del blog “Fashion Law” el cual culpaba a la cadena irlandesa de copiar uno de sus vestidos de la colección Resort 2012. En ese caso no hubo respuesta por parte de Primak y el vestido sigue a la venta.

Diseño de Diane Von Furstenberg

El CFDA (Council of Fashion Designers of America) ha intentado frenar esta copia indiscriminada a través de acuerdos y campañas de sensibilización en las que han participado 75 diseñadores americanos entre los que se incluyen algunas firmas como Diane Von Furstenberg, The Row o Calvin Klein. Pero por muchas iniciativas como estas que se lleven a cabo, el principal problema en relación a este tema es que la ley no protege la propiedad intelectual de los diseñadores, y hasta que esto no cambie, las firmas low-cost tienen total impunidad para copiar las prendas que deseen.

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