Lo de Eva Longoria Parker con París es una fantasía hecha realidad, el típico cuento de hadas de una adolescente anónima de la América profunda que sueña con encontrar a su apuesto (y altísimo) príncipe azul y casarse con él en la ciudad del amor por excelencia: París. Eva cumplió su sueño el verano pasado, y por partida doble.
Todos recordamos su paso por el ayuntamiento de la capital francesa para contraer nupcias con Tony Parker, no se nos borra de la memoria el escuetísimo vestido tweed de Chanel que eligió, un pelín corto para una boda, por muy civil que fuera la celebración.
Aprovechando que el equipo de Parker no ha pasado a la final de la NBA y que ha finalizado el rodaje de la cuarta temporada de Mujeres Desesperadas, el matrimonio texano ha vuelto a la ciudad que los vió casar y acude a eventos varios, como la presentación de un reloj cuya imagen es el futbolista galo Zinedine Zidane, en el mismo ayuntamiento dónde se casaron, y al que Eva acudía con un vestido negro de la colección pre-fall 2008 de Chanel. Nada del otro mundo, la verdad. Simplemente correcta.
Vía | thefashionspot