Nuevamente los Estados unidos acogen a una alfombra roja de esas interminables, pues si creían que después de Cannes y los CFDA podrían descansar se equivocaron. En esta ocasión, la celebración fue una gala anual poco conocida que homenajea el mundo del arte, pero como siempre las famosas se dejaron ver con sendos modelos que sería un desperdicio no checar. Sobretodo si la firma BCBG Max Azria es uno de los patrocinadores.
Ivanka Trump se apareció en un modelo negro de cocktel corto y ajustado, muy favorecedor, aunque no puedo decir lo mismo de su peinado el cual a pesar de pretender ser simple y adecuado, sólo dice "no tuve tiempo de hacerme nada mejor". Kate Bosworth visitó un diseño naranja con escote de corazón, corto y unido a unos stilettos de terciopelo negro. Muy 90's, pero perfectamente estilosa.
Por otro lado, Sarah Michelle Gellar realizó una combinación fantástica de un vestido estilo años 30's con un bajo plisado terminado en encaje, en shantug de seda tornasolado, a juego con unos zapatos en raso nude. Hizo su entrada del brazo de su esposo Freddie Prince Junior como el mejor accesorio que pudo llevar. No cabe duda que el azul es el color de la temporada.
Pero la más desatinada fue Rosario Dawson, quien lucío un vestido holgado en satín estampado con el cual lucía como embarazada de 6 meses y que no favorecía para nada la voluptuosa figura de la actriz. Además de los zapatos que parecían demasiado formales para el estilo del vestido.
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