Que el acaudalado multimillonario Donald Trump inaugure una de sus famosas torres hotel en Dubai o en los Emiratos Árabes, no creo que deba ser considerado notícia, lo raro sería que no inaugurara ninguno. Lo digno de mención no es entonces su rutinaria inversión millonaria, que en su familia no sepan lo que es una hipoteca y su inmunidad perpetua frente a las crisis en general, y la del ladrillo en particular, sino que si hay alguien que sabe dar una fiesta, ese es él.
O más bien su perfecta hija, la dulce y exitosa Yvanka, la misma que vice preside la fructífera empresa familiar, que ha sido modelo, que diseña joyas, vamos, que es lista, inteligente, y guapa, y que ni hecha a medida, aunque a mí de tan milimétricamente conseguida, me da no sé qué la chica, la verdad.
Enfín, que otra cosa no, pero poder de convocatoria tiene la niña de sus ojos y nosotros encantados porque el desfile de celebrities engalanadas está asegurado.
Entre las invitadas que acudían ayer noche a congratularse de la dicha con los negocios del señor Trump y compañía, una siempre atrevida Naomi Watts, vestida por Zac Posen, con un originalísimo tuxedo hecho vestido, que aunque en teoría a mi me guste bastante, no acababa de sentarle del todo bien a la actriz australiana. Lo mejor, sus sandalias gladiador de Pierre Hardy.
Otra que confío en Posen, e hizo buen, fue Demi Moore, a la que su elécción satinada en azul petróleo la acompañó algo más.
Por último, Heidi Klum, protegida del señor Trump, él produce su programa estrella en la televisión, Project Runway, eligió el negro y se enfundó en un inequívoco strapless dress firmado por Kaufman Franco, un joven diseñador desconocido para la mayoría, pero muy apreciado en Hollywood (Anne Hathaway es otra de sus clientas).
En trendencias| Fiesta de Pronovias en Nueva York Demi Moore y sus secretos de belleza Vía | people