Que canta bien en un hecho. Y que se lo ha currado, también. Leona Lewis, una chica normal de uno de los barrios más conflicitivos de Londres, Hackney, lo habá dado todo por perdido en la industria musical cuando su novio, electricista de profesión y que la conoce desde niña, la animó a presentarse al Factor X inglés y se hizo con el triunfo.
No fue fácil el camino pero se hizo justicia, Leona, además de tener el físico perfecto de una diva, tiene el timbre de una Withney Houston jóven y sin desequilibrios, él éxito se lo aseguró su primer single, Bleeding Love, que a estas alturas tarareamos todos sin proponérnoslo, y aunque para mi gusto el resto del cd es bastante flojito, la chica tiene el perfil para seguir cosechando frutos.
Una de las facetas que una estrella en potencia no puede descuidar es la parte humanitaria o caritativa, eso siempre da puntos de cara a la galería, y Leona, que no dudo que sea solidaria de por sí, se está esmerando mucho en este sentido, si las ganancias de uno de sus sencillos ya fueron donadas a una fundación sudafricana, ahora, se deja ver en la fiesta de cumpleaños de Nelson Mandela.
Tanto en la fiesta privada a la que acudió en calidad de amiga, y en la que estaba guapísima con un vestido largo de Missoni, como en el concierto ofrecido en Londres, en el que se subió al escenario enfundada en un precioso vestido palabra de honor con bordados étnicos y mucho vuelo, Lewis, demostró que tiene madera de artista, y sobre todo, buen gusto.
En trendencias | ¿Quién lo lleva mejor? Chaleco de lentejuelas de Missoni