Nos encontramos en pleno debate sobre el uso del burkini (bañador para musulmanas que cubre todo el cuerpo, excepto cara, manos y pies) en las playas de Francia. Ya son cuatro las localidades francesas (Cannes, Villeneuve-Loubet, Sisco y Le Touquet) que han prohibido esta prenda en sus playas, pero lo curioso es que muchas partes del resto del mundo lo que se penaliza es hacer topless. Dos extremos en pleno debate.
El primer ministro francés, Manuel Valls, apoya los vetos que se han dictado en dichas localidades, y a esto hay que sumarle que en Francia ya está prohibido también el burka (pieza que cubre todo el rostro) y el niqab (pieza que sólo deja ver los ojos). El objetivo es, según Daniel Fasquelle, alcalde de Le Touquet, 'evitar los altercados que ya se han producido por ejemplo en Sisco (Córcega) y *'luchar contra todos los comportamientos extremistas'. Los musulmanes quieren extenderlo por los países occidentales, pero la gran pregunta es ¿los países occidentales debemos prohibirlo? En muchos casos es visto como símbolo en contra de la igualdad de las mujeres.
Además, en Francia existen dos leyes que prohíben ciertas prendas religiosas: la ley que prohíbe el velo en la escuela francesa (2004) y la ley que prohíbe vestir el burka integral en todo lugar público (2010), que veta el uso de esta prenda y cualquiera que cubra el rostro y dificulte así la identificación. De momento, las primeras sanciones se han realizado en Cannes con multas de 38,00 euros.
Cara Delevingne
Y todo este debate choca, cuando en Estados Unidos hay una gran cantidad de estados donde está prohibido hacer topless y lo mismo ocurre en Brasil, un país que choca esta decisión, ya que en sus playas puedes ver a las chicas lucir tangas en su versión más diminuta. Incluso, en 2014 se realizó el movimiento 'Liberen el pezón' (Free the Nipple) en la que las mujeres muestran su pecho en las redes sociales. Cara Delevingne y Rihanna se unieron a esta iniciativa. ¿Qué indigna más?
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