“He estado bajo la dirección de 17 hombres y sólo dos mujeres”, “De todos los productores con los que he trabajado 13 eran hombres, mientras que sólo una ha sido mujer”, y otros escalofriantes datos han sido expuestos por la actriz Emma Watson, avivando un problema latente en la industria del cine en general y en Hollywood en particular: el sexismo. Pero ella no es la única que ha hablado.
La falta de directoras en el cine ha llevado a la Union Americana de Libertades Civiles (ACLU), a denunciar y presentar peticiones ante agencias tanto federales como estatales de California para que investiguen los motivos que ocasionan dicha ausencia de mujeres al frente de la dirección cinematográfica. Además, este mismo organismo detectó que no sólo las cifras eran alarmantes por sus bajos índices, sino que las oportunidades para las mujeres estaban decreciendo.
Con datos como el descenso en cuatro puntos del porcentaje de mujeres en la dirección de cine entre 2010 y 2014 – en 2010 las mujeres representaban un escueto 8,1% mientras que cuatro años más tarde la cifra descendió al 4,6% - no es de extrañar que la única mujer en recibir un Oscar por su trabajo tras las cámaras sea Kathryn Bigelow, quien recibió la estatuilla en 2010 en la 82ª edición de los premios.
Este mismo año, Maggie Gyllenhaal confesaba haberse quedado sorprendida por la negativa recibida para interpretar el papel de amante de un hombre de 55 años al considerarla “demasiado mayor” a sus 37 años de edad. Está claro, Hollywood valora la juventud por encima de casi cualquier otro factor, y este hecho ha desencadenado un sinfín de operaciones de cirugía estética entre aquellas actrices que no quieren “parecer mayores”.
A esta denuncia se le sumó Jane Fonda, una de las pocas actrices de cierta edad que continúan activas en la gran pantalla. Durante el Festival de Sundance Jane comentó “tenemos que avergonzar a los estudios por su descarada inclinación hacia uno de los géneros. Hay que demostrar que las mujeres que crean películas hacen dinero. Tenemos que dejar claro que pueden ser comerciales”.
Reese Witherspoon también ha admitido este 2015 “estamos un siglo por detrás en este mundillo”. A lo que Ellen Page, reconocida por su papel en la película Juno, añadió “Es constante. Cómo te tratan, te miran o quieren que luzcas para una sesión de fotos, y cómo esperan que te calles y no tengas opinión. Si eres una chica y no encajas de forma muy específica en su visión de lo que una joven debería ser, siempre desde una perspectiva masculina, resultas algo así como una pérdida de tiempo”
Las cifras del Hollywood sexista
A estas declaraciones sólo es necesario añadir algunas escalofriantes cifras para observar el plano general del cine actual. Claro ejemplo del sexismo existente en Hollywood es la escasez de papeles principales obtenidos por mujeres entre 2007 y 2012, alcanzando un bajo 15%. Además sólo un 30,8% de los papeles representados por actrices tenían algún diálogo. Por si esto no fuera suficiente, más de un 28,8% de los roles de las mujeres les inducían a vestirse de manera provocativa, mientras en el caso de los hombres este porcentaje rozó el 7%.
Inquietantes son también las cifras relativas a los sueldos de ellos y ellas, así como los más limitados ingresos recibidos por películas en los que el papel protagonista corresponde a una mujer. Un claro ejemplo es el caso de Los Juegos del Hambre protagonizada por Jennifer Lawrence, esta trilogía recaudó más o menos el mismo dinero que la sola película de Iron Man 3 en la que Robert Downey Jr. ejercía el papel principal.
Pero aún hay algo más, Robert cobra el doble que Jennifer Lawrence y ni que decir tiene que las actrices mejor pagadas de Hollywood apenas se acercan a los 10 primeros puestos.
Los Oscar, la alfombra de la reivindicación
Las actrices Amy Poehler y Reese Witherspoon promovieron el movimiento #askhermore – #pregúntalemas –, a favor de un mayor interés por los papeles realizados y las películas en las que tanto ellas como sus compañeras de profesión habían tomado parte, y por las que además, se encontraban en la gala de los Oscar.
En los Oscar a ellas se les pregunta por el vestido y los zapatos y a ellos por su trabajo, los próximos títulos en los que están envueltos o el futuro. Estas actrices decidieron lanzar un “ya basta” a la industria y el movimiento generado les dio la razón.
Actrices como Cate Blanchett, Elisabeth Moss, Patricia Arquette o Emma Stone también han aprovechado la gala de los Oscar para enfrentarse a Hollywood. Un memorable discurso de Patricia Arquette, un par de frases cortantes por parte de Cate Blanchett o incluso un corte de mangas a una cámara de televisión firmado por Elisabeth Moss han dejado claro que no van a aguantar más.
No obstante, existe un nuevo elenco de actrices que abogan por el cambio de forma inminente. La rebeldía de Lena Dunham o la naturalidad de Amy Schumer son sus máximos estandartes y las ganas de dar un giro en los pensamientos de la industria cinematográfica son palpables. Esperemos que las cifras mejoren de aquí a poco tiempo. Ellas se lo merecen.
Fotos | Cordon Press
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