El título de este post bien podría ser “entre rubias anda el juego”, porque la mayoría de celebrities invitadas a la reapertura del mítico hotel Fontainebleau en Miami Beach, eran todas rubias. Supongo que fruto de la casualidad y no de la discriminación, aunque más bien la cosa se debe a la estadística.
La heredera del imperio Hilton no solamente estaba por cuestiones de agenda publicitaria si no por asuntos de familia, el hotel que se reabría tras un tiempo cerrado, es de la cadena que la otrora aspirante a presidenta heredará algún día.
Así que para celebrarlo, allí estaba Paris (Hilton), enfundada en un vestido de paillettes verde y vertiginoso escote, al que le sobraba el collar de pedrería con el que lo adornaba: querida, no hace falta que te hagas la ostentosa, que ya sabemos que eres rica.
La segunda rubia de la noche hacía acto de presencia mucho más correcta y comedida, Gwyneth Paltrow deleitaba a los presentes con un minivestido blanco con escote corazón, muy propio de ella en esta glamurosa época de su vida, que no emebellecía con nada más que su persona. Excelsa.
Kate Hudson por su parte, elegía un favorecedor y ajustado vestido turquesa, de lycra y espalda con cremallera, muy en la línea de la estética ochentera Miami Vice que pedía el evento.
Por último, la sorpesae la noche: Chloe Sevigny aparecía con uno de los estilismos que más me han gustado últimamente de todos los ojeados y vistos, un minivestido en color tostado con minicazadora tejana y sandalias nacaradas. Pelo suelto y su inseparable carmín en los labios. Perfecta para una fiesta, un café o una tarde de compras. Un diez.
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