Ayer por la noche se celebraba en el Gibson Anphitheatre de la Universal City en California, la gala de entrega de los MTV Movie Awards, esos premios fácilmente reconocibles por tener como galardón un gracioso recipiente de palomitas y que no condecoran precisamente dotes artísticas en un sentido estricto y clásico como los hacen los Oscar o los Globos de Oro, sino que prefieren otorgar méritos al mejor beso, la mejor pelea, el mejor villano o el mejor monstruo. Todo en un plan muy divertido.
Como invitadas a la ceremonia muchísimas caras conocidas, entre ellas, y la primera por ser mi favorita, siempre Sarah Jessica Parker, a la que le deben pitar los oídos de tanto nombrarla en tan poco tiempo. Con un look absolutamente juvenil y rockero firmado por L'Wren Scott, la espigadísima mujer metida a estilista de Mick Jagger, de su colección invierno 2008, SJP estaba espectacularmente cañera. Ese ajustadísimo vestido le hacía un tipazo envidiable. Los botines blancos al más puro estilo victoriano con los que completaba su estilismo, eran de Louboutin.
Parker presentaba un premio junto a su compañera de reparto Jennifer Hudson, que iba embutida en un vestido sumamente encorsetado que dejaba al descubiero su ropa interior. Me encantan sus curvas y su manera de lucirlas pero esta vez iba demasiado extremada. Una cosa es insinuar y la otra enseñar descaradamente.
Paris Hilton, con un palabra de honor de Betsey Johnson, acudió junto a su novio Benji Madden; Anne Hathaway, guapísima con un minivestido de Sophia Kokosalaki entregó unas palomitas de oro a Jonhy Deep por su personaje cómico de Piratas del Caribe, y Charlize Theron, hacía lo propio con la joven protagonista de Juno, Ellen Page, enfundada en un corsé y unos leggins de Proenza Schouler. Apretada de más para mi gusto.
Lindsay Lohan se volvía a decantar por un minivestido de Dolce & Gabbana, esta vez en púrpura, Liv Tyler, fabulosa, se ponía el mismo modelo que le vimos hace unos días a Gwyneth Paltrow en Cannes, muy sencillo, de punto de seda y en color coral, de Lanvin, un clutch en el mismo tono de Alexander McQueen y unos Louboutin en los pies. Elegantísima. No puedo decir lo mismo de Rihanna que optaba por un rebuscado vestido de lo menos acertado, en gris, y que le favorecía menos que nada.
Katie Holmes, quién no soltó ni un solo segundo la mano de su marido, eligió el look más informal de la noche, pero estaba igualmente espléndida con unos jeans de campana, que seguro son de su amiga Vicky, un blusón en colores degradados, una casaca negra y unos salones de punta en azul eléctrico.
¿Cuál de ellas os gusta más?
Vía | just jared