Ayer se estrenaba en Hollywood la última película de Brad Pitt, “The Curious Case of Benjamin Button” en la que da vida a un hombre que una vez cumplidos los ochenta empieza a rejuvenecer, y cuya interpretación, huele a oscar.
Y el teatro Mann’ s Village de Los Ángeles se abría para recibir a una de las parejas más envidiadas del planeta, un guapísimo Brad y su su flamante y cada vez más delgada esposa, Angelina Jolie; él, enfundado en un esmoquin de Tom Ford, y ella, con un vestido negro palabra de honor de Versace. Perfectísimos, enamoradísmos y estupendísimos.
Así como nunca solos, que aunque se dejaron a su camada de hijos en casa, hubo muchos rostros conocidos que acudieron a apoyarlos.
Por allí se dejó caer también su compañera de reparto, Cate Blanchett, con una imposible pero extraordinaria creación de Alexander McQueen, de su colección de verano 2009.
Un vestido de cristales color champán con falda rígida que la actriz australiana hizo ponible gracias a un vestido color carne que colocó estratégicamente debajo. Un experimento que podía haber resultado fallido, pero que en mi opinión, le salió redondo.
Tilda Swinton, una de las actrices con más personalidad dentro y fuera de la pantalla, volvía a no dejarnos fríos gracias a su vestido de Rodarte para la próxima primavera-verano 2009.
Jennifer Lopez prefería demostrarle al mundo que ya está totalmente recuperada de su embarazo, y marcaba curvas con un vestido bustier en color marfil que la verdad, le sentaba estupendamente a pesar de lo pronunciado de su busto.
Otra latina de raza, Eva Longoria, posó en la alfombra roja, muy recatada con un vestido satinado en azul turquesa que resaltaba su moreno de 365 días al año.
Fotos | just jared
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