Es uno de los acontecimientos más esperados del año por los fieles de la cadena de música más popular del planeta, la MTV, y es que se ha convertido en el lugar de renión más suculento para artistas en potecia, reinas caídas del pop, y los grupos de rock y divas del r'n'b que hacen las delicias de las adolescentes, son los premios a los mejores vídeos musicales del año, y ayer por la noche, nos trajeron de vuelta a una Britney Spears renovada que salió vencedora de una edición algo descafeinada pero ácida como siempre.
Se llevó a casa los galardones al mejor vídeo del año interpretado por una mujer, al mejor vídeo del año, a secas, y al mejor vídeo pop, los tres por su tema "Piece of me", una canción que trata en clave de humor la patética situación en la que la prensa ha situado a la niña mimada y odiada de América en estos últimos años,
y aunque su reaparición en estos premios se anunció a bombo y platillo, su papel se limitó a darle el pistoletzado de salida al evento, y lo hizo sonriente, relajada y vestida por su amiga Donatella Versace, con un vestido brillante y acabado en flecos customizado especialmente para ella, lo mismo que el que lució a su salida de la gala, también versionado, también de Versace, pero en este caso de la línea de Alta Costura, Atelier.
La alfombra roja y el escenario de los estudios Paramount de Los Ángeles fueron un continuo ir y venir de celebrities, Demi Moore por ejemplo, ejerció de maestra de ceremonias eventual y presentó uno de los premios de la noche, concretamente el de mejor performance de baile, y desde luego no desentonó (demasiado) con la media de edad (o sí..); estaba muy juvenil con un baby doll bicolor en blanco y negro que podría haberse evitado...
Las Pussycat dolls acudieron al completo, todas en tonos pálidos, con vestidos largos, trajes pantalón, y mini vestidos birllantes o emplumados, no demasiado excesivas, pero siempre llamando la atención (Nicole Scherzinguer estaba guapísima de rosa empolvado).
Otra de las que brilló por su atuendo fue la ex spice girl, Melanie C, que acudió junto a su marido luciendo palmito y encuelta en purpurina de pies a cabeza (atención a los zapatos, una versión más del clásico acuñado sin quererlo por Dorothy en El Mago de Oz).
La hermanísima de Beyoncé, Solange Knowles, a la que últimamente vemos mucho, elegía un original vestido fúcsia que complementaba con un maxi bolso cartera de Fendi y unas llamativas sandalias de cuentas verde esmeralda.
Excelsa y sencilla aparecía Bar Refaeli: inconmensurablemente guapa con un sencillo vestido de punto gris hasta los pies y una mini cazadora de cuero. Un diez.
Otro diez se merece otra hermanísima, Nicky Hilton, muy elegante con un Little Black Dress con cremallera central, detalles de encaje y cuello halter.
Lauren Conrad, nuestra nuva musa street, eligió una de sus piezas fetiche: un vestido globo en color perla,
mientras Ashley Tisdale, en el mismo tono, se decantaba por un mini vestido de lágrimas de lentejuela firmado por Roberto Cavalli y unas sandalias color plata.
Su compañera de reparto en High School Musical, Vanessa Hudgens, junto a la que presentó premio, se enfundaba en un vestido vaporoso de Matthew Williamson que completaba con unos zapatos de Jimmy Choo.
Su competencia más directa en la pequeña pantalla, Miley Cyrus, posaba encantanda junto a una patriótica Kate Perry (ojo al bolso) disfrazada de pin up cabaretera, muy mona, con un vestido negro con cristales y cinturón de piel.
Christina Aguilera, una de las que actuó, entraba en la gala con un vestido de estética gótica y lucía un look muy Morticia Adams,
en la misma línea que sobre el escenario.
No pasó lo mismo con otra de las perfomers de la noche, Rihanna, que parece que le ha cogido el gusto a eso de convertir looks imposibles en vestidos ponibles y probaba de nuevo suerte con un enrevesado estilismo de Peter Pilotto que trasformaba como por arte de magia, eso sí, me sobran los zapatos blancos y el mechón en el pelo a conjunto...
Otra esrella del rock, Pink, posaba en la alfombra roja con un vestido largo de rayas negras y rojas firmado por Alexis Lamontagna; muy de su estilo, muy western, que no le quedaba del todo mal.
Eso sí, la que más me sorprendió por su inusual belleza fue Lindsay Lohan, que posaba para los objetivos de las cámaras favorecidísima con un vestido en color malva y guapísima de cara, perfectamente peinada con una preciosa melena ondulada. Para presentar uno de los galardones se transformaba en dandy con una feminizada versión del esmoquin masculino y bastante menos acertada.