Así ha sido la increíble boda de Nicole Warne, la influencer australiana con más estilo de todos los tiempos

Nicole Warne, más conocida como Gary Pepper, es una de las influencers australianas con más estilo de todos los tiempos. Viendo sus fotografías y estilismos ya se había convertido en una de nuestras preferidas, pero al ver las espectaculares fotos de su boda no ha hecho más que confirmas nuestros pensamientos. La ceremonia tuvo lugar en Rippon Hall en el lago Wanaka, Nueva Zelanda y quizás sea una de las más especiales de los últimos tiempos.

Luke, el ya marido de Nicole, le pidió matrimonio en Japón bajo los preciosos almendros floridos, el lugar donde hicieron su primer viaje como pareja tras conocerse en una fiesta de Navidad con amigos. Desde este momento la preparación de la boda para sus 90 invitados se convirtió en la mayor de sus ocupaciones. Querían un lugar donde se respirar naturaleza por todos lados, por lo que sustituyeron su soñado Noruega por Rippon Hall en nueva Zelanda, mucho más accesible para todos sus familiares y amigos australianos.

Pero a veces los lugares de ensueño no tienen demasiada disponibilidad, ni siquiera para una chica con estilo y 1,7 millones de seguidores en Instagram. Por esto su boda se celebró un atípico lunes. Pero está claro que con el vestido tendría mucha más mano, Pierpaolo Piccioli le diseñó un exquisito vestido de Alta Costura de Valentino, moderno y especial, pero plagado de bordados de flores en seda e incrustaciones de cristales que tardó meses en confeccionarse. Un diseño muy alejado de la idea de satén que la novia tenía en un principio. Este sólo fue uno de los cinco modelitos que lució durante los tres días de celebración.

Para la recepción, usó un vestido Oscar de la Renta de terciopelo blanco personalizado, y luego un diseño de satén blanco de Dion Lee, al igual que sus damas de honor, para la fiesta posterior. También lució un pantalón hecho a medida de Maticevski para el cóctel de bienvenida la noche anterior y un vestido de Michael Lo Sordo para el brunch del día después. Para la joyería, quería piezas que se pudiera volver a poner y también dejar a sus hijos, por lo que invirtió en Cartier.

Fotos | Nicole Warne
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