A veces recibir una invitación de boda más que una alegría se convierte en una sentencia a muerte, no de la vida, sino de las vacaciones de verano, del capricho que te ibas a dar con la paga extra o simplemente de tu tiempo libre.
Por unas razones u otras, lo que debería ser un motivo de alegría se trunca por el camino por la cuestión económica. A la suma de gastos, que si se va en pareja suele ascender, se une además la cuestión de cuánto hay que regalar en una boda, una pregunta que te respondimos hace unas semanas en este post que enlazamos precisamente.
Sin embargo, estamos, plural mayestático, en pie de guerra contra el amor. O al menos contra el amor convencional, ya que se habla mucho de abrir el melón de decir que no a una boda o de que si se trata de una invitación no se entiende por qué hay que pagar un precio "de entrada", algo que parece ser que, según esta periodista especializada en sexo de 20 Minutos, los ingleses ya han resuelto muy a su manera.
De acuerdo a Mara Mariño, @meetingmara, lo que los ingleses hacen ante tal diatriba es lo siguiente: de serie le dan a los novios 50 libras como regalo y aparte de eso, cada asistente se encarga de pagar las bebidas que consuman a lo largo del día B. Muy inglés este método sin duda alguna.
No obstante, no creemos que sea algo que en España tenga mucho futuro, ya que el concepto de boda que tenemos aquí es muy diferente al que se tiene en el extranjero en casi todos los sentidos. Aquí la parte gastronómica y la fiesta son las de más peso, por lo que difícilmente se llegaría a plantear algo así, ya que es algo que además nos define.
Otra cosa sería hablar del hecho de que puede resultar bastante pasivo-agresivo incluir una tarjeta con un número de cuenta junto a la invitación y si ya rizamos el rizo, ¡apaga y vámonos con lo de Tamara Falcó e Íñigo Onieva! Con transferencias con un mínimo y una selecta lista de bodas, a pesar de compartir casa la pareja desde hace tiempo, por lo que entendemos que tendrán todo lo necesario para la vida diaria.
Lo lógico sería que los novios que se planteen darse el "sí, quiero" cuenten con unos ahorros básicos, por decirlo de algún modo, para poder cubrir los grandes gastos de la boda, ya que el día B además es algo que ha cambiado mucho y nada te asegura que los asistentes vayan a pagar su cubierto, por eso hay que organizarse pensando en que te tienes que hacer cargo de todo. Si luego hay invitados que tienen la amabilidad de hacer un regalo, pues bienvenido sea.
Además, es muy importante hacer una boda acorde a las posibilidades de cada uno y saber establecer cuáles son las prioridades, pensándolo todo de forma meditada, por eso es esencial conocer las ventajas de contar con una wedding planner, ya que se trata de una profesional que también va a orientar sobre todo esto.
Fotos | iStock vía Irina Lev
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