Las novias etéreas y románticas pero que se anticipan a las tendencias como auténticas it girls de Armiche Rodríguez para Nihil Obstat

De Armiche Rodríguez ya os he hablado en muchas ocasiones pues además de ser un diseñador estupendo es una de las personas que más sabe de la historia de la moda en España (por algo es uno de los profesores más populares del Instituto Europeo de Diseño). Con motivo de la retrospectiva de Givenchy en el Museo Thyssen-Bornemisza nos regaló una master class que os invito a releer, y también nos ofreció una lección magistral entre costuras de los modelitos de Máxima de Holanda.

Pues bien, la firma de Prêt-à-Porter Couture Nihil Obstat de la que Armiche Rodríguez es socio fundador acaba de presentar su nueva colección de novias diseñada para vestir a una nueva generación de mujeres que quieren alejarse de los estilos impuestos por la industria.

Como diseñador Armiche se ha impuesto todo un reto: el de conseguir un vestido de noche, más que un vestido de novia formal, logrando una línea más contemporánea sin perder de vista la costura tradicional.

De un tiempo a esta parte las novias sueñan con casarse a orillas del mar con los pies descalzados o disfrutando del bucólico romanticismo de una boda en el campo en la que puedan lucir una coronita realizada con flores alejándose de las ceremonias protocolorias para convertirse en celebraciones informales donde las novias puedan divertirse y bailar sintiéndose guapas pero sin ir disfrazadas. Para eso, estas fashionistas conocedoras de las últimas tendencias buscan un diseño único y personal.

Armiche Rodríguez les ofrece un prêt-à-porter a la medida. Os explico, este diseñador canario se ha desvinculado de patrones clásicos, reduciendo cortes consiguiendo mucho volumen pero con la menor tela posible. Esto sólo es posible cuando se domina a la perfección la técnica del patronaje.

Se trata de una labor de draping o de modelado sobre maniquí. Armiche va colocando manualmente la tela prendida con alfileres hasta dar con la forma deseada, consiguiendo así cortes más orgánicos, y un volumen tridimensional que no se consigue sobre la mesa de trabajo o trabajando con el ordenador.

Este método de trabajo recuerda mucho al de Cristóbal Balenciaga con bajos asimétricos más cortos por delante que por detrás o mangas japonesas. Armiche nos ha confesado que para esta colección se ha inspirado en el trabajo de Geoffrey Beene, un gran diseñador estadounidense de los años 70 autor de muchos de los excéntricos looks que se podían ver en las fiestas del famoso Studio 54.

De él ha recuperado los cortes puristas, los vaciados en las prendas y la sensualidad femenina que han dado vida a novias etéreas, delicadas y románticas pero que se anticipan a las tendencias como las auténticas it girls que son mediante blusas, tops o jerséis con faldas corolas, faldas asimétricas o faldones.

Todo confeccionado con el máximo mimo y el patronaje más cuidado con tejidos fluidos como crêpes de seda o más estructurados como el tul de seda, fallas, tomán, organdí o batistas bordadas. También juega con las transparencias y los escotes pronunciados en la espalda para que las novias se sientan ese día súper sexy.

Muchas novias se acercan hasta los talleres de Armiche en la calle Serrano Anguita 18 llevándole un broche familiar, una mantilla o un tocado que gustaría utilizar ese día. El diseñador trabaja codo con codo con esas novias, animándolas a participar en el proceso creativo para conseguir un diseño exclusivamente para ella.

Armiche gracias a su experiencia y expertise va asesorando a sus novias aconsejándolas las formas que más las favorecerán, las anima a probarse toiles que para que puedan hacerse una idea de cómo les sentarían ciertos cortes, en ocasiones se pueden crear nuevos vestidos que sean una combinación de varios. Estos trajes de novia a medida se pueden obtener a partir de 2.500 euros, el precio final dependerá del tipo de tela, de los bordados y de los accesorios que se elijan.

Si algo caracteriza a este diseñador es que al adorar su trabajo pone el alma en cada traje. Entre bromas asegura que cada puntada que da es una puntada de amor. El secreto de la aparente sencillez de sus creaciones es obra de un corte impecable, de la selección de las telas, de la atención por el detalle y del enorme valor de saber hacer las cosas con las manos porque hay detalles que aunque no se vean trascienden como el acabado de un dobladillo, el revés de una manga, o que un ojal sea de vivo.

En resumen, diseños escultóricos pero de corte sencillo y muy depurado, un minimalismo sofisticado. Algo que no se puede improvisar y que Armiche ha heredado de su familia cuya pasión por la alta costura Made in Spain se remonta a tres generaciones.