Anoche el Museo de Egipto cobró vida ante nuestros ojos. Porque el desfile de Chanel, entre templos y efigies, recuperó el estilo más exagerado, lujoso y ostentoso de esta antigua civilización para maravillarnos con su colección. Una línea repleta de dorados que nos trae de vuelta a Cleopatra en su versión más noventera y chic. Desde luego, es el retorno de la momia más sofisticado que hemos visto, con el que la maison por fin se ha atrevido a innovar.
El desfile se celebró en el Museo MET de Nueva York, con el Templo de Dendur como telón de fondo. Una elección exquisita para esta colección tan sorprendente. Porque Chanel ha cambiado el tono de una inspiración que llevaba ya muchas temporadas repitiéndose sin ningún cambio aparente. Seguimos viendo las prendas icónicas de la firma, pero ahora vienen con un buen cambio de look que ya comenzaba a ser necesario para no aburrir al personal.
Los colores de la colección son lo primero que llama la atención, tan saturados y vistosos como vemos en las galerías de jeroglíficos que aún se mantienen intactas. Así, tenemos chaquetas tweed revestidas de lustroso dorado, el protagonista de este fashion show. Pero también se suma a la paleta el color marfil, el coral y el azul intenso de los ingredientes que usaban para maquillarse en el pasado.
Karl Lagerfeld no solo ha innovado con colores. Los diseños de las prendas se han dado un buen lavado de cara, con cortes de columna tobilleros que recuerdan a las túnicas de Cleopatra y sus sirvientas. Tampoco han faltado los formatos wrap del periodo de los jeroglíficos y las hombreras marcadas como símbolo de poder.
En cuanto a los estampados, también tienen una historia antigua detrás. Estos prints están inspirados en el Grupo de Menfis, un colectivo artístico de la década de los 80's que recibe su nombre de la antigua capital de Egipto y cuyo trabajó comisionó el mismísimo Karl Lagerfeld hace años. A estos se suman los escarabajos, los efectos de serpiente y cocodrilo que no volverán a ser de piel de verdad a partir de ahora.
El resultado final es de una exuberancia muy poco propia de Chanel, que acostumbra a apostar por diseños más relajados, masculinos y combinados. Los favoritos de Coco. Pero no esta vez. Cuanto más nos acercamos a las prendas mejor descubrimos la apuesta que la maison francesa ha querido hacer por el detalle, con una atención impoluta. Bordados de lentejuelas, embellishement, botones que son tesoros y materiales entretejidos a mano que pertenecen más a Alta Costura que a ready-to-wear.
Fotos | Imaxtree.
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