Con la muerte de Alexander McQueen, la moda deja un gran hueco que no creo que se llene pronto. Su innovación, imaginación y visión a futuro contrastan con su irreverencia y con el saber que es lo que se llevará mañana. Así que tengo que ir explorando mis opciones para escoger un nuevo ícono fashion que pueda llenar el vacío dejado por McQueen.
Por lo pronto, ya tengo tres jovenes amores en el diseño de moda: Williamson, Wang y Wu. Los tres con W, lo cual puede significar algo o simplemente ser una coincidencia. La colección Primavera-Verano 2010 de Jason Wu se ganó toda mi admiración con sus vestidos coquetos, femeninos y juveniles. El de Diane Kruger uno de mis favoritos, con los lunares turquesa y el fondo azul.
Y con su presentación en la Semana de la Moda de Nueva York, de la de Otoño-Invierno 2010/11, no me ha decepcionado en lo más mínimo. Sobre todo porque el diseñador sigue explorando diversos estilos, que van más allá de lo étnico o de los vestidos princesa. Mezcla ese toque de femineidad que le imprime a sus diseños, con piezas más andróginas y relajadas.
Vimos chaquetas de mangas tres cuartos y cortas, jerseys oversize, así como abrigos de cashmere de corte boyfriend. Los pantalones de ruedo doblado tampoco pudieron faltar, unidos a camisas blancas y chaquetas de cuadros: un homenaje al fotógrafo Irving Penn y a su estilo personal.
Asimismo, vimos un reflejo del trabajo de Penn en el de Wu por medio de imágenes en los estampados como pueden ser los negativos, las quemaduras por cigarro, etc.
Pero, como Wu no puede negar sus orígenes, de pronto entre tanta pieza suelta y holgada aparecieron los volantes, el ruedo con movimiento, los vestidos de un hombro, las telas etéreas y suntuosas, las plumas y los brocados.
Sus vestidos son como siempre lo más femenino que se pueda encontrar. Tienen toques de lunares que caracterizan el trabajo de Wu, así como de bordados de flores en chifón y organza. Los drapeados en forma irregular también nos hacen querer todos y cada uno de sus diseños.
Wu propone una temporada Otoño-Invierno 2010/11 muy suave. Empezando con un día de tonalidades tierra u oscuras mezcladas con toques de mostaza, naranja, rojo quemado y oro viejo.
La noche por su parte es invernal, con tonos de luz de aurora en beige, crema y con toques rosados. Además usa el gris metálico y el fucsia para darle un toque de color a su paleta.
Yo podría quedarme con más de un diseño, con casi todos los que aparecieron en la pasarela, salvo esos vestidos de corte de caja en la cadera o demasiado amplios en la cintura. Esos sí creo que fueron algo que sobró en tan magnífica visión de lo que debe llevar una mujer.
Foto | Coutortoure
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