Marc Jacobs y Miucca Prada son unos genios de la moda, porque siempre consiguen sorprender. Una vez más, Marc lo ha conseguido. Marc Jacobs nos descoloca en esta colección (por lo menos a mí), pero, al mismo tiempo, crea algo elegante, piezas con las que podrías deslumbrar en cualquier ocasión, tanto si las utilizas juntas como por separado combinadas con otras prendas más clásicas.
Ante la atenta mirada de Jennifer López, Victoria Beckham con nuevo corte de pelo, Nicole Richie y Winona Ryder, Marc homenajea a Yves Saint Laurent con el smoking y con la silueta que popularizó Yves en los años 80, a Mary Poppins con sus faldas largas, corsés estrechos y sombreros canotier e incluso hace un recorrido a lo largo del mundo con la utilización de bordados chinos y cuadros country.
Silueta retro, materiales futuristas. Ese puede ser el resumen en una frase de la colección, pero no abarca todos los magníficos detalles de la misma. Collages de telas, metalizados, bordados, tejidos étnicos, drapeados, colores como el violeta, azules, mostaza,... todo se fusiona para crear una colección muy especial. Y lo bueno es que a pesar de la gran mezcla y revoltijo, de todas las fuentes de inspiración que ha tenido, la colección funciona, es coherente entre sí.
Y no he mencionado los bolsos y los zapatos, pero son como para volverse loca y pedir una segunda hipoteca sobre la casa para comprarlos todos. Con lo visto hasta ahora, me parece la mejor colección de la Semana de la Moda de Nueva York.