7 libros tan bonitos que no se los prestarías ni a tu madre (aunque podrías regalárselos)

Si, como yo, perteneces al equipo de personas que compra los regalos el último día en el último minuto, puede que esto que vas a leer te sea útil. Y si no también, porque hoy quiero hablaros de libros inolvidables. De esos que luces con orgullo en un lugar preferente de tu casa y que, cuando le hablas de él a algún amigo y te lo pide prestado, improvisas alguna excusa del tipo "es que me echa de menos cuando no me ve…". Ese libro del que no te quieres desprender bajo ningún concepto pero que, por el mismo motivo, sería un perfecto regalo para tu madre, ahora que llega su día. ¿Quieres saber cuáles son los míos?

'El viento de la Luna', de Antonio Muñoz Molina

Muñoz Molina está entre mis tres escritores españoles favoritos. Y si tuviera que elegir un libro único, que me haya despertado innumerables sensaciones, ese sería El viento de la Luna. Puede que no sea el mejor de su bibliografía, pero es uno de esos libros que cierras al terminar con un suspiro de satisfacción. La historia de un adolescente de provincias —el propio escritor— que viaja hacia la edad adulta mientras el hombre viaja a la luna se enmarca dentro de lo que los expertos llaman Bildungsroman, esto es, una novela de transición o crecimiento. La ensoñación del joven por los libros, los mimbres de la creación de su propio universo y esa ventana al mundo que es la aventura de Armstrong, Aldring y Collins en aquel verano del 69 conforman una historia inolvidable.

'Las voces del Pamano', de Jaume Cabré

Jaume Cabré deslumbró con Yo confieso, pero esta maravillosa historia en la que Tina, una periodista, va tejiendo sobre un tiempo convulso —la posguerra— que se expande como una mancha de aceite hasta nuestros días, es sencillamente perfecta. Todo a raíz de una pequeña cajita oculta desde tiempos inmemoriales tras la pizarra frente a la que ha dado clase durante años… Desenmascarar la verdad sobre una serie de sucesos que han desatado numerosas consecuencias y cuyos protagonistas, en su mayoría, han vivido para contarlo —y lo hacen— no será fácil. Y puede que incluso se lleve algún jirón de Tina consigo… Un libro para leer, para recomendar, para regalar… y para no prestar.

'Blankets', de Craig Thompson

Este es, estética y narrativamente, un libro que no querrás prestar jamás. Porque Craig Thompson, que con esta novela gráfica logró numerosos premios, narra a través de hermosísimas viñetas su infancia y adolescencia en la América profunda y del dibujo como vía de escape a toda la represión y el sentimiento de culpa que lo rodea debido a la férrea disciplina impartida por un padre autoritario, por unos educadores que no entienden su pasión y por una educación religiosa severísima. Todos esos pilares se tambalean cuando llega su primer amor. Una novela deliciosa.

'En el nombre de la madre', de Erri de Luca

Una mujer casada le dice a su esposo que está embarazada. Embarazada de Dios. El arranque de la novela te recordará a la Biblia y, en efecto, es así; pero la historia de Myriam y Iosef se torna humana y habla de las vicisitudes de una mujer que no comprende qué ha pasado, de un hombre voluntarioso que se esfuerza por entender pero en cuyo cerebro se agolpan emociones contradictorias, de un retoño que ella está sintiendo crecer en su vientre, de las patadas, las contracciones, el hecho casi sagrado de ser madre. No esperes, por tanto, el Nuevo Testamento; déjate llevar por el lado humano de un matrimonio de Galilea.

'Las correcciones', de Jonathan Franzen

La historia de una familia, un matrimonio anciano que vive en el Medio Oeste —el marido aquejado por el Alzheimer, la esposa intentando teñir esa situación de normalidad— y tres hijos viviendo ya su vida a miles de kilómetros del hogar paterno, son los mimbres con los que Franzen vuelve a tejer una de esas novelazas enormes y disfrutabilísimas. A través de los distintos personajes, el autor trata de dibujar un retrato familiar mucho más duro y descarnado de lo que las apariencias muestran en principio, y que le valió varios premios y nominaciones. Pero la prosa de Franzen es tan fácil de leer, tan adictiva, que te costará horrores cerrar el libro —y luego no querrás prestarlo—.

'El niño que sabía hablar el idioma de los perros', de Joanna Gruda

Narrada con una prosa que imita la manera de hablar y de discurrir de un niño, esta historia parece menos dura de lo que realmente es: un pequeño al que la Segunda Guerra Mundial y todo lo que acontece a su alrededor le arrebata la infancia. Aunque mezcla anécdotas reales (el niño es, en realidad, el abuelo de la autora) con momentos de alto calado político en un tono realmente naíf, hay pasajes que hielan la sangre: «No lloro. Aunque estoy muy triste. Pero estamos en guerra y comprendo que mi estado de ánimo no viene a cuento». No dejes de leerlo ni de regalarlo. Y aprovisiónate de kleenex.

'Ser madre hoy', de Miguel Noguera

Que el título no te confunda: no tiene nada que ver con lo que vas a leer. Pero advierto: es una maravilla solo apta para fans de este cómico absolutamente genial. Su mente parece transcurrir por caminos desconocidos para el común de los humanos, pero sus reflexiones —en las que hay un profundo conocimiento de muchas materias, debo decir— terminan por provocarte una carcajada sonora. Y ni siquiera podrías reproducir su pensamiento porque, como digo, roza y a veces traspasa el surrealismo. Ser madre hoy te encantará, y si a tu madre quieres hacerle reír —y despistarla de paso— te lo recomiendo encarecidamente.

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