El Hollywood de los años dorados ha pasado a la posteridad rodeado de un halo de glamour que ninguna época posterior ha sido capaz de igualar. Marilyn Monroe, Grace Kelly, Ava Gardner, Rita Hayworth, Kim Novak... son nombres que siempre ligamos a los oropeles de la época, pero, en muchas ocasiones, había una historia detrás muy alejada del lujo. Y muchas de esas historias se desarrollaron en el Hollywood Club Studio, la residencia para actrices en la que vivieron más de 10.000 chicas.
Cómo surgió el Hollywood Studio Club
En 1916, una bibliotecaria llamada Eleanor Jones empezó a darse cuenta de que muchas chicas permanecían durante horas en su biblioteca porque no tenían otro lugar a donde ir. Era la otra cara de la meca del cine, adonde llegaban jóvenes de diferentes partes del país con el sueño del éxito en mente.
Así que la señora Jones tomó una decisión: crear una residencia para esas jóvenes, un lugar «seguro y respetable». Con la ayuda de la YWCA (Asociación de Mujeres Jóvenes Cristianas), alquiló una casa en la que dio cobijo a veinte de esas mujeres. Con el tiempo, la propia industria del cine financió el proyecto y, en 1926, se construyó un gran edificio, que hoy en día forma del listado de Lugares Históricos de los Estados Unidos.
Las chicas del estudio
La idea era mantener a las actrices, y también a otras profesionales relacionadas con la industria del cine, alejadas de las calles y la explotación, generalmente sexual. Fueron lo que se dio en llamar 'las chicas del estudio', de las que se pretendía una imagen muy concreta: bien vestidas, con buenos modales y dedicadas a aprender su profesión. A cambio, recibían alojamiento, dos comidas diarias y tenían acceso a aulas de práctica, biblioteca, lavandería, máquinas de coser y a actividades relacionadas con la industria del cine que se celebraban en el club.
El número de chicas del estudio fue creciendo, desde las 22 iniciales a más de 100 en su momento de apogeo, con una larga lista de espera. El único requisito para acceder era ser mujer y buscar una carrera en la industria del cine. Entre las chicas del estudio más conocidas estuvieron Marilyn Monroe, Kim Novak, Sharon Tate y Maureen O'Sullivan.
La cara B del estudio
Cuando Marilyn Monroe vivía en el Hollywood Studio Club, la renta mensual era de 50 dólares. Un mes, no tenía dinero para pagarlo y decidió posar desnuda para las famosísimas fotografías que más tarde publicaría Playboy. «Cuando vivía en el Hollywood Studio Club, no tenía trabajo ni dinero para el alquiler. Les dije que conseguiría el dinero del alquiler como fuera. Así que posé para esas fotografías y conseguí los 50 dólares que necesitaba», declaró ella años después.
Si en el caso de Marilyn Monroe el Studio consiguió precisamente el resultado contrario al que se pretendía, con Kim Novak el caso fue el opuesto. Su contrato con Columbia Pictures estipulaba que debía continuar viviendo en el Studio para que pudieran controlarla, hasta el punto de que un empleado hacía guardia a la puerta de su habitación para asegurarse de que no saliera. La actriz se volvió tan dependiente del estilo de vida del Studio que, incluso convertida ya en una gran estrella, continuó viviendo allí.
El fin del estudio
En los años 70, el concepto del estudio había quedado obsoleto. Las mujeres que aspiraban al éxito en Hollywood no deseaban vivir bajo las estrictas normas del lugar, así que acabó convertido en un modesto hotel. Con el tiempo, fueron necesarias unas reformas que no resultaban rentables, por lo que fue pasando por diferentes actividades hasta que fue incluido en la lista de Lugares Históricos.
Imágenes | YWCA, Wikimedia Commons.
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