Esta semana se estrena la nueva y esperada entrega de Star Wars, pero si no eres fan de este saga y te apetece ir al cine, hay otras alternativas. El viernes también llega a nuestra cartelera Sufragistas, una película protagonizada por Carey Mulligan, Helena Bonham Carter y Meryl Streep, que trata sobre la liberación de las mujeres, sobre la lucha por ser escuchadas, por tener voz, por la igualdad, por el derecho al voto... ellas son las sufragistas. Y analizamos su vestuario, que es el reflejo del cambio social de principios del siglo XX.
Vivimos en un momento en el que el debate feminista lo invade todo. Y ahora, después de muchos años, se aplaude. Seguro que todas os viene a la cabeza Emma Watson y su discurso en la ONU sobre la igualdad de género. La desigualdad entre hombres y mujeres tristemente sigue existiendo, lo sufrimos cada día... Y de esto versa este drama social dirigido por Sarah Gavron.
Para que os situéis, Sufragistas cuenta la historia de las sufragistas inglesas en los albores de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de estas mujeres no venían de clases altas, sino que eran mujeres trabajadoras que veían cómo sus protestas pacíficas no servían para nada. Radicalizadas y volviendo su lucha cada vez más violenta, estaban dispuestas a perderlo todo en su búsqueda incansable de la igualdad: sus trabajos, sus casas, sus hijos y sus vidas.
En este post vamos a centrarnos en el vestuario encargado de marcar el cambio social de principios del siglo XX. La responsable del mismo es Jane Petrie, responsable del vestuario de otros títulos como Moon (2009), Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma (1999) y 28 semanas después (2007).
En la película, la diseñadora recurrió siempre que pudo a trajes originales. Para poder vestir a los más de 300 extras, además de a las protagonistas, Petrie recurrió a casas de vestuario de Londres y París. “Cogimos todas las prendas originales que pudimos, y las reutilizamos una y otra vez, en diferentes escenas.” Además utilizó documentos gráficos de los primeros ilustradores de la época como Edward Linley Sambourne.
Desde el inicio hasta el final de la producción, se ve una evolución en la que vemos como se introducen las faldas trapecio, pantalones bombacho, camisas y prendas que nos van introduciendo en la moda de los 20’, liberando el cuerpo de la mujer. Vemos esa transformación cuando adoptan prendas de tejidos más ligeros, estilosos sombreros y lazadas en el cuello a modo de pequeñas corbatas.
Precisamente los sombreros son uno de los complementos más destacados de esta cinta, característicos de la época y del movimiento sufragista, y que se re-utilizan en diferentes escenas, añadiéndole detalles diferentes. También merece la pena observar las medallas que lucen a lo largo de la película, una muestra que acumulaban cada vez que eran detenidas por la policía.
Los colores del movimiento sufragista son el morado, blanco y verde, y se entrelazan a lo largo de toda la película. Las sufragistas se dieron cuenta rápidamente del poder que tenía el por aquel entonces incipiente arte de la publicidad, y crearon una "marca" que les resultó muy útil como herramienta propagandística.
La diseñadora de producción, Alice Normington, nos explica que utilizaron una paleta tenue de tonos morados y verdes en los universos femeninos de la película: “La WSPU (Unión Política y Social de las Mujeres), la farmacia (donde trabaja Edith, papel de Helena Bonham Carter), incluso la casa de Maud (Carey Mulligan) son universos habitados por las sufragistas, y por eso quisimos aportarles un tono ligeramente más cálido. Así que elegimos una paleta de colores acorde con las ideas”.
Carey Mulligan
En esta producción, el hilo conductor es la historia de Maud (Carey Mulligan), una de estas mujeres que lucha por su dignidad y la de sus compañeras. Es madre, trabaja en una fábrica en condiciones inhumanas y su marido la trata de forma inferior a los demás, así que cansada de la situación por la que pasan ella y sus compañeras, decide iniciar una lucha para reclamar el derecho a voto de las mujeres. El personaje de Meryl Streep será una de las motivaciones.
El vestuario de Maud es funcional y realista. “Toda su ropa tenía que ser de segunda, tercera o incluso cuarta mano. Es una mujer que jamás ha soñado con estar a la moda”. nos explica Jane.
El maquillaje, la peluquería, junto con los trajes de los personajes, plantearon un reto interesante a Sian Grigg, la diseñadora de maquillaje y peluquería. "No teníamos la presión de tener que hacer que las chicas estuvieran guapas, pero sí la de que su aspecto fuera el “correcto”, explica Grigg, que ya ha trabajado con Mulligan en Lejos del mundanal ruido. "El problema es que Carey está guapa sin una gota de maquillaje, así que tuvimos que trabajar para que no tuviera un aspecto tan bueno".
La actriz pasa por distintas fases. Desde el vestuario de calle, al uniforme de trabajo en la lavandería, los estilismos en la cárcel y el vestuario una vez que ya está más metida en el movimiento sufragista, con prendas más elegantes. A medida que Maud se va implicando más en el movimiento, su vestuario se amplía, y luce prendas que le regalan o le prestan sus nuevas amigas, que pertenecen todas a clases sociales más altas.
Helena Bonham Carter
Petrie tuvo que confeccionar ropa especial para Edith, el personaje de Helena Bonham Carter. Ella es una mujer burguesa, cuyo vestuario es más elegante. Lleva pantalones y camisa, algo bastante inaudito en la época pero es una mujer adelantada y la líder del grupo activo de las sufragistas. “La experiencia que vive Edith requería que hiciéramos algunas prendas de batalla. Ella es una mujer muy divertida, porque forma parte del sector militante del movimiento, y queríamos que llevara pantalones. Cuando sale a poner explosivos, lleva los calzones de su marido. Además, enseña jiu-jitsu (arte marcial japonés), es evidente que ha viajado, y tiene muchos otros rasgos interesantes que, como diseñadora de vestuario, resultan irresistibles de explorar. Queríamos mostrarlos, pero no de una forma exagerada.”
Petrie y Grigg también trabajaron mano a mano para realzar de una manera sutil las diferencias de clase entre las mujeres de la película. “Queríamos mostrar que unas mujeres eran pobres y otras vivían de manera acomodada. Por ejemplo, el maquillaje de Helena Bonham Carter tiene un mejor aspecto, ya que Edith trabaja en una farmacia”.
Las chicas que viven hacinadas en edificios de apartamentos y trabajan en la lavandería tienen un aspecto más oprimido, con bolsas bajo los ojos, las manos rojas de lavar y el pelo sucio de meses. “Todo se ve muy real, porque las actrices se han esforzado y han sido lo suficientemente valientes como para no cubrir sus imperfecciones”, añade Petrie.
Meryl Streep
El look de Edith contrasta con el estilo eduardiano y más rígido de Meryl Streep, firme candidata al Oscar en el papel de Emmeline Pankhurst, una líder del movimiento sufragista. En sus looks se ve que pertenece a la clase alta, con capas, sombreros mucho más llamativos y prendas con detalles bordados. “Siempre lleva algo colgando. Por supuesto, tuve que limitar todos esos elementos hasta cierto punto, porque no quería que desviaran la atención de su discurso. Buscábamos feminidad y suavidad, así que nos centramos en su silueta, en las grandes mangas que llevaba. Todo eso lo habíamos visto en el material de referencia, aunque lo atenuamos un poco”, dice la diseñadora.
Y para terminar este post, me quedo con la frase de Meryl Streep:
Esta película es feminista, sí, pero es una historia de superación, valentía y compañerismo. Una gran historia que se ha heredado, que se alarga a nuestros días, sólo hace falta mirar a nuestro alrededor. Queda mucho por andar... Algo tan sencillo y tan complicado a la vez, y sólo el tiempo nos dirá si algún día será posible la igualdad entre hombres y mujeres.
Ver galería completa » El vestuario de Sufragistas (16 fotos)
En Trendencias | El vestuario de Spectre a examen: emociónate con sus looks
Ver todos los comentarios en https://www.trendencias.com
VER 0 Comentario