Son tan reales que en algunos casos cuesta muchísimo distinguirlos de bebés de verdad. Y cada vez hay más artistas en nuestro país, verdaderos artesanos que recrean hasta el último detalle para hacer las delicias de los coleccionistas. Sí, obras de arte, pero también una tendencia que no deja indiferente a nadie y que atrae todo tipo de reacciones.
Muñecos hiperrealistas. Tan bien conseguidos que pueden confundirse con un auténtico bebé y te sientes tentado de sacarlos a pasear o cambiarles de ropa. Pero en realidad son perfectas reproducciones de niños pequeños hechas de silicona y cuidados al detalle a través de diferentes técnicas de pintura. Para que tanto visualmente como al tacto pasen por uno real. Así son los bebés reborn.
Su origen se remonta a la época de la II Guerra Mundial en Alemania, cuando las madres rehacían y redecoraban las muñecas de sus hijos para que parecieran totalmente nuevas. La técnica, conocida como Reborning, consiste en tomar una muñeca original y aplicar capas de pintura para hacerla más realistas. Se van añadiendo diferentes capas de pintura para crear los efectos moteados de la piel, las pequeñas venas y todas las características físicas, venas, capilares, angiomas o los arañazos típicos de los recién nacidos que ayuden a aportarles más realismo. A continuación se le ponen pestañas, cabello, ojos y se ensambla todo. Un trabajo de lo más artesanal, pero con resultados increíbles. Tan reales que a veces se usan como dobles en películas. Y que pueden causar admiración, aunque también rechazo.
Cómo comprarlos.
En la actualidad no sólo están disponibles por internet, sino que también hay ferias especializadas en bebés reborn y eventos especiales donde acuden los entendidos en el tema y los amantes de este mundo, lo que les ha dado más presencia e impulso.
Impulso que ha ido ganando presencia en los medios de comunicación gracias al excepcional trabajo de los artistas especializados en bebés reborn y las posibilidades de personificarlos al gusto del cliente. En este caso las posibilidades son infinitas, el pelo, los ojos, el cuerpo de tela o placa de abdomen… e incluso añadir mecanismos de respiración para hacerlo más real. Para hacer el proceso más realista, estos bebés no se compran, se adoptan. Y el artista puede llegar a incluir certificado de nacimiento con datos como el nombre, el peso y la talla, además de instrucciones de cómo cuidarlo porque, no lo olvidemos, se tratan de obras de arte que requieren cuidados específicos para su correcto mantenimiento.
España ha avanzado mucho en este sector. Babyclon es por ejemplo una de las primeras marcas de nuestro país en especializarse en bebés realistas fabricados en silicona. Son bebés sin uniones ni juntas, fabricados en silicona de platino, lo que garantiza su flexibilidad y duración. Además, todos sus bebés se entregan con un certificado de autenticidad. Es tal la calidad de su producto que reciben pedidos desde todos los rincones del planeta.
Crear tu propio bebé reborn es una opción muy extendida.
Hacer un bebé reborn puede llevar hasta cuatro semanas de laborioso trabajo. Normalmente se parte de una escultura que dará pie al molde original, molde que a continuación se rellena de silicona para crear la figura del bebé. Una vez limpio de juntas, se procede a pintarlo y a poner el pelo mechón a mechón. Como decimos se trata de un trabajo muy laborioso.
Pero también existe la posibilidad de aprender a hacerlo tú mismo en alguno de los cursillos que se imparten por nuestra geografía. O comprar un kit para crear uno propio a tu gusto. Numerosos fabricantes han reaccionado ante esta tendencia y con la colaboración de artistas y escultores han lanzado al mercado kits y moldes para crear tu propio bebé reborn. Estos kits reciben el nombre de Newborning, facilitan el proceso de fabricación y llegaron hace unos años a nuestro país, respaldados por la tendencia de DIY, lo que les ha dado más impulso aún.
¿Funcionan como terapia?
Más que muñecos, los bebés reborn son obras de arte y no están especialmente recomendados para niños. Coleccionistas, amantes del arte o mujeres que siempre coleccionaron muñecas son los principales compradores de estas híper realistas réplicas. También existen clientes que buscan guardar un recuerdo de cuando sus hijos eran bebés, echan de menos la presencia de un bebé o, simplemente se sienten atraídos por los sentimientos de ternura que despiertan.
En ocasiones también son un consuelo para aquellas personas que no pueden tener hijos o para los padres que lo han perdido recientemente. En opinión del psicólogo y especialista en psicoterapia Alberto Soler Sarrió "cada persona es diferente a la hora de afrontar una pérdida (o cualquier otro aspecto de la vida). Lo que a una persona le funciona, puede que no a la que tiene al lado, y lo mismo sucede a la inversa. No hay fórmulas universales, y hay momentos difíciles en los que lo mejor es seguir aquello que te hace sentir mejor (con ciertos límites, por supuesto). No creo que nadie llegue a confundir a un bebé de plástico, por muy realista que sea, con uno de verdad. Y mucho menos que pueda servir como sustituto de una pérdida, pero quizá ayuda en un momento de transición. A nivel profesional no lo recomendaría, pero si a una persona le ayuda, tampoco le desalentaría a hacerlo."
Para Estefanía del Barrio, psiquiatra del Centro Eleusis en estos casos "se trata de un desplazamiento que se produce en los duelos, en el caso de una muerte, un aborto o la noticia de que no se puede tener un hijo. De alguna manera se retrasa el duelo". Pero también nos comenta que "ese dolor surge tarde o temprano porque es una dependencia que no se puede vivir toda la vida. Nunca me he encontrado con un caso semejante, pero sí he tratado duelos de padres que han perdido a sus hijos y es un dolor muy difícil de vivir, especialmente para las mujeres porque compromete a un asunto identitario. Esas mujeres tienen un vacío que necesitan sustituirlo". En su opinión un bebé reborn no resuelve la crisis, la pospone.
También es cierto que esta pasión por los bebés reborn despiertan reticencias. No todo el mundo entiende las pasiones que levantan o que haya quien los pasea en carro, compra ropa, encargan mecanismos para que parezca que respiran de verdad... Sin que haya un trauma de por medio. En este caso me pregunto hasta dónde llega el rol del juego. Es decir, ¿podemos seguir jugando de mayores? Alberto Soler nos comentan que "hay personas que cada domingo se visten de pies a cabeza con equipación deportiva para amarrar una cerveza y sentarse en el sofá a ver cómo otras personas practican deporte, y no lo consideramos un problema o algo freak. Tampoco creemos que se confundan pensando que son deportistas de élite. Aceptamos que es parte de nuestra cultura. Hay aficiones mayoritarias y minoritarias, y mientras que no impliquen daño a uno mismo o a terceras personas, todas son merecedoras del mismo respeto, las compartamos o no. Cuestión aparte es que alguna de esas personas pueda llevar detrás una patología, lo cual deberá ser abordado de modo profesional, pero la afición o el juego en sí, no son patológicos a no ser que impliquen un daño a la persona o le afecte a su funcionamiento diario (trabajo, relaciones sociales, familiares, etc.)"
Cuánto cuesta
El precio de un bebé reborn puede variar mucho, dependiendo del artista que lo haga, de los materiales que use y la calidad final del producto. Se pueden encontrar a partir de los cien euros y el precio va subiendo según se vaya haciendo más complejo alcanzando precios como los mil, los dos mil euros y hasta los tres mil los más espectaculares y realistas.
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