Puede que el personaje de Paquita Salas pase por algunos malos momentos en la ficción pero, en la realidad, la serie de Javier Calvo y Javier Ambrossi saborea las mieles del éxito más dulce.
Una prueba irrefutables es que, en su semana de estreno, la tercera temporada de la producción española lidera el ranking de TV Time, la app que mide el alcance de las series y programas de televisión según las preferencias de los espectadores a nivel global.
De acuerdo a los datos que manejan, Paquita Salas fue en su fin de semana de estreno la serie más buscada del mundo.
Ante la ausencia de datos oficiales proporcionados por los servicios de streaming, esta plataforma fue la misma que detectó, en su día, el éxito global de La casa de papel, tras añadirse al catálogo de Netflix, y de Élite.
La app cuenta con un millón de usuarios diarios y doce millones de cuentas registradas que dejan constancia de lo que ven, sus gustos y preferencias.
Cada semana, TV Time da a conocer su Binge Report (que se traduciría como "informe de maratones") y que no es otra cosa que un listado de las series que sus usuarios han consumido de forma intensiva. Ahí es donde esta semana ha vuelto a pitar una nueva serie española gracias a Paquita Salas.
El éxito de la serie lo avala la crítica y las cifras de visionado pero, ¿qué tiene la ficción de los Javis que, a pesar de tener un humor tan costumbrista y local consigue traspasar fronteras y llegar a tanta gente distinta? Estas son las razones por las que Paquita Salas ha conseguido que también nosotras hayamos caído rendidas a sus pies.
Porque pone en valor nuestra cultura
Por un lado, Paquita Salas ha traído a la televisión española el género del falso documental de series estadounidenses de éxito como Modern Family, The Office o Parks and Recreation. Además, lo ha hecho adaptándose a nuestras idiosincrasias, sin que resulte en ningún momento una copia de nada.
En esto juega un papel importante la temática ya que, el hecho de que Paquita sea representante de actores, da pie a hablar de nuestra industria del entretenimiento. Esa que, muchas veces, como espectadores denostamos al compararla con Hollywood.
Paquita Salas, sin embargo, la ensalza mostrando el backstage y haciendo guiños constantes a otras series, películas y programas de televisión que forman o han formado parte de nuestras vidas. Lo hace también de una forma que se aleja de ese esnobismo que diferencia entre lo que se ha venido a llamar "baja" y "alta" cultura.
Todo forma parte de nuestro bagaje cultural y, si sigue añadiendo temporadas, la serie podría convertirse en una enciclopedia de nuestra industria audiovisual al estilo de Los Simpson.
Por sus cameos
Este punto va ligado al anterior. En la serie, la frontera entre realidad y ficción está borrosa y, en cada episodio, aparecen muchos actores, cantantes y famosos que hacen de sí mismos.
Esto, además de aportarle un toque realista al falso documental, le añade un punto de sorpresa que hace que te preguntes todo el rato quién saldrá en esta ocasión y te sorprendas por lo inesperado de algunos cameos.
También que te alegres con cierta nostalgia de volver a ver caras que hacía tiempo que no veías en televisión.
Porque la trama está pegada a la actualidad
La trama de los episodios siempre están de rabiosa actualidad, hablando de cosas que están sucediendo, acaban de pasar o lo van a hacer en un futuro muy próximo.
Para crear su ficción, Paquita Salas bebe directamente de la actualidad y no solo en lo que a hechos se refiere. También en las costumbres, expresiones y formas de sentir.
Así nos hace especialmente gracia, por lo realista, que la protagonista llame "tuip" a Twitter o que no se aclare a la hora de entender cómo funcionan las redes sociales y acabe liándola pardísima.
Por su visión del fracaso y el éxito
A pesar de estar centrada en el show business, Paquita Salas se cuestiona algo más universal y a lo que nos enfrentamos absolutamente todos en nuestra vida: ¿qué es el éxito y qué es el fracaso?
Lo hace, además, aportando una visión distinta a la que impera en la sociedad. Esto es algo que ejemplifica muy bien el personaje de Macarena García, una actriz de éxito que ha alcanzado todo a lo que alguien aspira en su profesión y que, sin embargo, no se siente realizada en la vida
Del mismo modo, a aquellos que no viven como les gustaría tampoco los presenta como fracasados sino como supervivientes. Podría decirse que en Paquita Salas el fracaso no éxiste ni siquiera cuando se deja de intentar algo. Dejar de perseguir un sueño es también válido en pos de la felicidad y el bienestar y no te convierte en un fracasado.
Porque está hecha con amor (y se nota)
En el fondo de todo, la serie consigue transmitir tan buen rollo y buena vibra porque se nota que esta hecha con amor. No es solo el amor y la complicidad de sus creadores lo que traspasa la pantalla, también la admiración y cariño que ellos profesan al equipo con el que trabajan.
En un mundo en el que tantas cosas se hacen por hacer, se nota que Paquita Salas está hecha con ganas.
Fotos | Netflix.
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