Si me preguntas cuál creo que es la escena más idílica, no te voy a describir una playa desierta con una palmera, arena blanca y un beso con la persona amada mientras una estrella fugaz cruza el cielo y tú pides el deseo de tener cinco hijos rubios.
No.
La imagen más bonita que se me ocurre es la siguiente: una calle llena de nieve, una casita pequeña en medio de un bosque, una chimenea encendida en el rincón del salón, un sillón, una manta, una botella de vino, un perro durmiendo y yo, con calcetines de lana, un jersey de cuello alto y una lámpara al lado … leyendo. Para rematar, podemos ponerle jazz de fondo.
Si no me apetece el frío, me imagino un fresco mes de mayo, un jardín lleno de árboles y flores, con un banco de madera desgastada en medio. En el banco, un gato negro, bostezando tras varias horas de sueño al sol. Yo estoy sentada en un balancín, tomándome un té con limón y sonriendo de felicidad porque estoy tranquila… leyendo. Para rematar, podríamos ponerle el sonido de las olas de fondo.
Me gusta la gente a la que le gusta leer. La gente que es capaz de pasar cuatro horas en un sillón. La gente que se siente feliz leyendo. La gente que lee de verdad, olvidándose de avisar a todos, vía Instagram, de que está leyendo en un balancín en medio de un jardín.
A los que nos gusta leer, en realidad no nos hacen falta los bancos, ni los balancines. Nos hace falta un buen libro.
Nos emociona descubrir a una nueva autora que nos acoge en un mundo de fantasía, en el que los personajes son un poco tú y un poco yo. Nos apasiona acompañarla en un viaje a través de su imaginación y conocer cada uno de los rincones de su rebuscada mente. Nos entristece acabar la última página y nos alegra averiguar que ha escrito cinco libros más. Nos entusiasma entrar en una librería y ver todo aquello que nos queda por leer. Nos excita el olor a papel y el sabor de las palabras. Nos inquieta el camino de la tienda a casa para poder empezar una nueva aventura.
Nos fascina ver como las letras forman las palabras, como las palabras forman una frase, como cientos de frases narran una historia y cómo una historia nos hace ver las cosas de una manera diferente.
Leer nos permite soñar, conocer miles de personajes, sus pensamientos y sus experiencias. Leer enriquece la mente y sana el alma. Leer es la única manera de descubrir, de aprender, de saber y de conocer.
“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído” asegura Jorge Luis Borges. Quizás por eso, cuando conozco a un hombre, ya no le pregunto por su oficio ni su edad, sino por los tres últimos libros que había leído.
Y para ti, ¿qué es leer?
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