Parece que todo el mundo practica el mindfulness: es posible que incluso tú mismo lo hayas probado o que realices algún tipo de ejercicio de mindfulness de forma regular con la ayuda de una aplicación en el móvil que te habla con voz suave y te recuerda que "abandones tus pensamientos" y "te concentres en tu respiración". Ya sea en el mundo de la educación o de la salud, en el mundo de los negocios o en el sistema judicial, desde el parlamento hasta el ejército, el mindfulness se vende como una cura para todos los males modernos.
Sin embargo, no existen pruebas sólidas que defiendan la eficacia de este tipo de prácticas y en un artículo publicado en la revista científica Perspectives on Psychological Science, varios psicólogos y científicos cognitivos advertían que a pesar del bombo que se le está dando, los datos científicos sobre el mindfulness son limitados y de hecho advierten que:
Las informaciones erróneas y una metodología deficiente asociadas con investigaciones previas sobre el mindfulness pueden hacer que los consumidores acaben saliendo perjudicados y sintiéndose engañados o decepcionados.
Los estudios relacionados con el mindfulness son famosos por sus numerosos problemas metodológicos y conceptuales, entre los que se incluyen muestras demasiado pequeñas, falta de grupos de control y uso insuficiente de medidas válidas.
A esta lista también hay que añadirle la posibilidad de que existan intereses contradictorios. En un ejemplo reciente, la revista PLOS ONE se retractaba de un meta-análisis sobre mindfulness después de que surgieran dudas sobre la metodología detrás de los resultados, incluyendo "doble conteo" y "estimaciones incorrectas sobre su efecto". La retractación de PLOS también citaba conflictos de intereses financieros no declarados por los autores y la revista señalaba que ninguno de los autores estuvo de acuerdo con dicha retractación.
A pesar de estos problemas, el mindfulness nunca había sido tan popular como hasta ahora y su influencia en la cultura dominante es enorme, tal y como puede verse en la creación de una nueva cátedra de mindfulness y psicología clínica en la Universidad de Oxford.
El puesto fue creado por el Oxford Mindfulness Centre, que se afilió al Departamento de Psiquiatría de la universidad en 2011 después de que inicialmente se estableciera como empresa privada en 2007 para posteriormente registrarse como organización benéfica. Desde entonces, se ha convertido en un actor clave en la formación de los estudios académicos sobre mindfulness y en la percepción de la práctica por parte de la opinión pública.
Una pequeña historia del mindfulness
Mindfulness es un tipo de meditación que procede de la tradición budista y que fomenta la observación de los pensamientos, emociones y sensaciones corporales presentes sin prejuicios. ¿Cómo ha conseguido llegar a ser tan relevante en la cultura popular occidental?
Para empezar, el concepto moderno de budismo que tenemos en occidente no existía hace un siglo. Este nuevo estilo de budismo se conoce como "Modernismo budista" o "Budismo protestante", un movimiento reformista de finales del siglo XIX.
Esta forma de budismo se desarrolló como resultado de la influencia de los misioneros cristianos y del colonialismo y el imperialismo en el sudeste asiático por parte de las naciones europeas. Para responder a su situación colonial, la élite del movimiento reformó el budismo alineándolo con la ciencia y la filosofía occidentales, representando al budismo como algo racional, universal y compatible con la ciencia, así como poniendo énfasis en la meditación y en la reflexión personal.
Los defensores de esta reforma del budismo se dedicaron a proyectar los valores occidentales modernos en las enseñanzas budistas que afirmaban enseñar el budismo "puro" tal como lo enseñó el propio Buda histórico.
Los maestros de meditación contemporáneos, incluyendo a Jon Kabat-Zinn (JKZ), el fundador deMindfulness-based Stress Reduction(MBSR) (un programa de ocho semanas que ofrece un entrenamiento en mindfulness para ayudar a las personas con estrés y dolores), heredaron y popularizaron esta versión del budismo.
Cuando se les pregunta sobre los elementos budistas de sus cursos, maestros como JKZ argumentan que la técnica no es budista, sino la "[esencia][15]" de las enseñanzas de Buda. Se dice que son "[universales][16]" y compatibles con la ciencia. O como lo ha dicho JKZ, "el propio Buda no era budista".
Estos vínculos con el budismo permiten a los defensores del mindfulness disfrutar de la legitimidad asociada con el Buda histórico, pero al mismo tiempo evitar cualquier connotación "religiosa" no deseada. De la misma manera, cuando el mindfulness es declarado como "universal", parece ser que tiene que ver menos con el budismo y más con una "capacidad humana básica".
Ciencia y mindfulness
La idea de que el mindfulness es una actividad profana, puesto que ha sido demostrada científicamente, es una estrategia que utilizan sus defensores para disociar la práctica de su fundamento religioso y promoverla en entornos clínicos y educativos.
Existen muchas pruebas de que JKZ intencionalmente le restó importancia a las raíces budistas del mindfulness para introducirlo en entornos clínicos. En las propias palabras de JKZ, él "hizo todo lo posible por estructurar el programa MBSR y encontrar formas de venderlo que evitaran en la medida de lo posible el riesgo de que fuera visto como algo budista". Básicamente lo que hizo fue traducir las ideas budistas al lenguaje científico y secular.
Este enfoque aprovecha la autoridad de la ciencia en las culturas occidentales modernas, así como la oposición sistemática entre "ciencia" y "religión". Vinculando el mindfulness y la ciencia, lo que se consigue es que se dé por hecho que el mindfulness se opone a la "religión".
Legitimando el mindfulness
Apelar a la ciencia y a los estudios empíricos no son los únicos métodos que los líderes de mindfulness han utilizado para legitimar el mindfulness. La abundancia de programas universitarios de máster y doctorado, revistas especializadas, conferencias,centros de investigación universitarios, y ahora incluso hasta una cátedra, demuestran los esfuerzos del movimiento para legitimar y asegurar el futuro del mindfulness en el ámbito académico.
Pero aunque el mindfulness asegura proporcionar una buena cantidad de posibles beneficios para la salud (apoyándose en la ciencia y los estudios académicos para conseguir credibilidad), hasta ahora existen pocas pruebas científicas que lo respalden.
Esto no quiere decir que para mucha gente no sea beneficioso. De hecho, son muchas las personas que practican el mindfulness a diario y sienten que les ayuda en sus vidas. El problema es que todavía hay muchos investigadores que no saben lo que es el mindfulness y, en última instancia, el campo necesita un enfoque mucho más sistemático y riguroso para poder apoyar tales afirmaciones.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí
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