'Malcolm & Marie' es uno de los títulos más comentados del momento de la factoría Netflix. Lejos de las superproducciones que ocupan el top de las listas de "más vistos" durante los últimos años, el film de Sam Levinson transcurre en una única noche, está protagonizado por dos actores y la gama cromática solo trabaja dos tonos: el blanco y el negro. Quizás para algunos resulte una película algo lenta y poco atractiva a nivel visual, pero bella es la forma y bello es el mensaje que transmite. Zendaya en el papel de Marie y John David Washington como Malcolm ven cómo los pocos elementos que aparecen en escena cobran una importancia vital, como lo hace el vestuario de la actriz.
A lo largo del transcurso de la cinta, Marie luce tres estilismos distintos y cada cambio de vestuario tiene una marcada relación con el curso de los acontecimientos y con el dibujo del personaje en la historia. Para ponernos en contexto, Malcolm es un joven cineasta con un ego desbordante y Marie es su pareja (de la que poco sabemos al principio). Tras la presentación de la última película de él, la pareja regresa al hogar e inician una dolorosa conversación que les guía a tratar temas tan complejos como el paso del tiempo en una relación amorosa, la existencia de otras personas o cómo la dramática vida de Marie ha inspirado (o no) la obra de Malcolm. Law Roach, encargado de vestuario de la película y estilista de confianza de Zendaya, ha hablado sobre el proyecto en The Cut y nos hemos hecho eco de sus palabras.
Al inicio del film, Zendaya entra en escena arrebatadora con un precioso vestido en tela metálica diseñado por Jason Rembert. Según cuenta Roach, Michelle Pfeiffer en Casino fue una fuente de inspiración para la creación del vestido. Durante la primera parte de la producción, el espectador se siente algo alejado de Marie y resulta difícil identificarse con una mujer que viste un diseño tan elegante (junto a un par de Christian Louboutin) y que vive en una casa de ensueño. Además, la discusión entre ambos es un ataque constante, siendo Marie la que sale peor parada en este primer tramo.
Poco a poco, la situación de un giro de 180º cuando Zendaya acaba de tomarse un relajado baño y se pone una camiseta blanca de tirantes y unos calzoncillos a juego. Este cambio de vestuario supone el inicio de una parte de la discusión en la que Malcolm la destripa por completo con detalles de sus conquistas pasadas. Unos minutos en los que Marie resulta más humana, cercana y sensible que nunca. Asimismo, supone un breve período de reconciliación entre la pareja. Ella, con una prenda tan sencilla e íntima, se convierte en una mujer que podríamos ser cualquiera de nosotras. Roach explica que eligió este conjunto porque no quería que Marie luciese algo que le hiciera pensar a Malcolm que estaba tratando de ser sexy para él tras una pelea tan intensa. Sam Levinson envió una referencia de Nicole Kidman en 'Eyes Wide Shut a Roach' para dibujar este look.
Por último, nos dirigimos al final de la historia y a la tercera parte de la disputa. Entonces, Zendaya se coloca un kimono vintage de su propio armario sobre la camiseta y los calzoncillos. Con este outfit tiene lugar la impactante escena del cuchillo en la cocina. Marie, con su piel cubierta parcialmente, vuelve a un punto intermedio entre la defensa y el ataque. Dejando a un lado la vulnerabilidad de mostrar su físico al descubierto. El estilista argumenta que este cambio también explica que tras el paso de la dramática lucha verbal, Marie podría haber cogido frío al relajarse y bajar la guardia.
El vestuario es una pieza esencial en cualquier producción, pero cobra especial importancia cuando una película como 'Marie & Malcolm' reduce tanto el ruido que generan otros elementos a nivel visual en pantalla. Por ende, la elección de los tres looks de Marie tiene una profunda relación con el desarrollo de la narración y con el vínculo que genera el espectador con el personaje. Estos factores tan significativos se pueden pasar por alto mientras toda nuestra atención se centra en las intensas palabras que comparte la pareja. Si volvemos a disfrutar de la película quizás lo haremos desde un nuevo prisma. En resumen, la producción de Levinson nos enseña, de nuevo, que la sencillez bien ejecutada se puede convertir en una obra maestra en el séptimo arte y en el mundo de la moda.
Fotografías y vídeo | Netflix
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