El ejemplo claro lo vivimos ayer con la nominación de Ruslana y la salvación de Juanjo, pero qué te voy a contar, un día más en la oficina
La recompensa de mis lunes es ver Operación Triunfo. Desde que el formato volviese en 2017 se convirtió en tradición quedar esa noche con mis amigas para aliviar un poco el comienzo de la semana y evadirnos de la rutina con algo que ya se ha convertido en la misma, por suerte. Sin embargo, y en especial en esta edición, hay algo que ya me está comenzando a sacar de quicio: el nivel de exigencia que tienen con las chicas, que no está para nada cercano al de los chicos y ayer ya fue algo exagerado.
Ruslana y Juanjo, dos caras de una misma moneda
La mejor forma de ejemplificar esto es centrándome en las actuaciones de ayer, y en el trabajo semanal, de Ruslana y Juanjo.
La primera tuvo que afrontar un tema complicado de defender sin la presencia de arreglos en directo, con una coreografía superexigente, una vez más, y además siendo una canción con la que no se terminaba de sentir cómoda. Mi Amor, de Aitana y Rels B fue la elección que los profesores escogieron para Ruslana, que ya ha comentado varias veces que no se siente bien porque su sensación es que están tratando de encasillarla en un género que, aunque defiende a las mil maravillas, no termina de encajarle.
Por otra parte a Juanjo le asignaron Miénteme, de Tini y María Becerra, una canción para que, supuestamente, saliese de su zona de confort y llevarlo un paso más allá buscando esa versatilidad que a priori debe demostrar un concursante de Operación Triunfo.
No obstante, cuando llegó el momento de que ambos actuasen la realidad fue que Ruslana una vez más se marcó un numerazo (vale, quizás no a la altura de las dos últimas galas pero aún así increíble) y Juanjo básicamente hizo lo mismo de cada semana, solo que con una ropa diferente y moviéndose de un lado a otro del escenario rodeado de bailarines.
El resultado lo define muy bien el actor y músico Mario Marzo en este vídeo, que comparte sus impresiones tras cada gala de forma semanal en TikTok.
¿En qué se tradujo esta hecatombe? Pues en que una vez más Junajo cruzó la pasarela sin problema alguno, y alabado por los jueces, y que Ruslana fue una de las nominadas junto a Bea, Álvaro y Paul, los que finalmente se jugarán permanecer en la academia a lo largo de la semana. De forma evidente, los profesores salvaron a Ruslana.
Esta situación es algo que determinadas artistas están cansadas de denunciar y los ejemplos son evidentes: desde Beyoncé hasta Lady Gaga pasando por Karol G o la propia Lola Índigo en España. Una mujer que esté en la industria se ve obligada a reinventarse constantemente y a luchar contra el inevitable paso del tiempo mientras que Ed Sheeran lleva desde 2007 haciendo lo mismo. Y lo dice una persona a la que sí, le gusta el cantante inglés, lo ha visto en concierto y tiene un directo genial.
Por otra parte, a raíz de esto se abre el melón de los favoritismos, ¿siguen sin estar nominados Juanjo o Martin por sus interpretaciones o porque la carpeta que tienen genera muchísimo contenido e interés? Porque lo de Martin fue todavía algo defendible en Alors On Danse, un número que se acercaba más a esa exigencia que le piden a muchas de ellas, pero con Tenía Tanto Que Darte el cuadro fue picassiano con todas las connotaciones negativas que eso puede implicar. ¡No había por donde coger el número! Y era él el que tenía que haber estado nominado junto a Bea.
Y voy a parar, porque me enervo y esto es a OT lo que Barbie a los Oscars.
Fotos | @operaciontriunfo
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