En el mundo de la moda sabemos que, el nombre de un gran diseñador está ligado al legado que deja dentro de la industria, por ello se busca proteger lo más posible para convertirlo en un sinónimo de sofisticación y exclusividad para los clientes que gustan de sus diseños, sin embargo, cuando compartes nombre con una diseñadora famosa y quieres registrar tu negocio, las cosas se complican un poco, como le sucedió a la emprendedora peruana llamada Carolina Herrera.
Su caso llamó significativamente la atención: María Carolina Herrera Herrera, es una empresaria que tiene un pequeño negocio de jabones artesanales con domicilio en una urbanización de Ate-Vitarte, en una finca identificada con el número 212, curiosamente, el que utiliza la diseñadora de origen venezolano para su línea de fragancias.
El problema legal comenzó cuando, según cuenta María Carolina, su hijo decidió regalarle para navidad el registro de la propia marca con su nombre: "Él me quiso dar una sorpresa por Navidad y registrar la marca. Al poco tiempo me llegó una notificación de un abogado que me dijo: ‘Señora, ¿no quiere que la asesore en el problema que tiene en INDECOPI?", fue ahí cuando se enteró que Carolina Herrera Ltd. la marca afincada en Nueva York, estaba demandando por el uso de su nombre.
Fue en noviembre de 2021 cuando se intentó frenar el registro de la marca “La Jabonera by María Herrera”, que había requerido el registro del nombre ''Carolina Herrera' para distintos productos de la clase 3 de la nomenclatura oficial, que incluye preparaciones para blanquear, jabones no medicinales y productos de perfumería.
"Al principio me dio cólera porque dije qué injusto... más que injusto creo que es tirado de los pelos que alguien te diga ‘no uses mi apellido’. Dije, ‘qué estupidez’", comentó en su momento al programa dominical Panorama, donde comentó que el apoyo de su hijo fue primordial para ganar el caso: finalmente INDECOPI falló a favor del negocio local y, tras un proceso de inscripción en dos instancias, resolvió que no existía riesgo de confusión entre ambas marcas, ya que sus signos, logos, productos y denominación no eran semejantes.
Por fortuna, este caso se resolvió a favor de la emprendedora, ya que ha habido casos en los que ocurre justo lo contrario: grandes marcas de moda ganan la batalla legal en contra del uso de su nombre, como el de Chanel Jones, una chica que abrió su salón de belleza y que fue demandada por la firma de moda parisina por que el uso del nombre podría generar una supuesta confusión.
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