A lo largo de la historia podemos conocer la historia de mujeres que han sido pioneras en su rubro, como convertirse en las primeras súper estrellas de Hollywood y hasta inventoras en el ámbito del automovilismo, sin embargo, cuando se trata de la música, también hay que reconocer a aquella mujer que pasó del mundo de la ópera en Australia a convertirse en la pionera de las voces que le dieron forma a uno de los más electrizantes géneros musicales: el Heavy Metal.
Elizabeth Sabine, conocida cariñosamente como la "abuela del heavy metal", fue una coach vocal legendaria que desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del género durante su apogeo en la década de 1980. A lo largo de su extensa carrera, guio a innumerables vocalistas de las icónicas bandas de aquel entonces, ayudándolos a perfeccionar sus técnicas y alcanzar nuevas alturas en sus interpretaciones.
Nacida en Australia en 1923, Sabine se sumergió en el mundo del entretenimiento desde temprana edad. Tras mudarse a Los Ángeles en 1974 para trabajar con Robert Mazzarella, un profesor de canto local y tenor de ópera, descubrió el floreciente panorama del heavy metal y quedó cautivada por su energía y pasión.
Al reconocer el potencial de las voces poderosas en este género, Sabine comenzó a ofrecer entrenamiento vocal a los aspirantes a cantantes de heavy metal con un enfoque metódico y su profundo conocimiento de la técnica vocal, que resultaron invaluables para estos artistas.
Como parte de su técnica, Sabine les enseñó a desarrollar control, rango y resistencia, permitiéndoles dominar las exigentes demandas vocales del heavy metal a los cantantes que, durante sus presentaciones en vivo o en la grabación de sus discos, tenían que alcanzar notas demasiado agudas que requieren de más esfuerzo.
La influencia de Sabine en el heavy metal se extiende más allá de su enseñanza individual a grades exponentes del género como Axl Rose de Guns N' Roses, Dave Mustaine de Megadeth y Sebastian Bach de Skid Row. Su trabajo contribuyó a legitimar el género y a elevarlo a un nuevo nivel de sofisticación vocal que le dio reconocimiento mundial, demostrando que el heavy metal no solo era sobre volumen en el cabello y prendas de cuero, sino también sobre una expresión musical compleja y matizada.
Su pasión por la música y su dedicación a sus estudiantes la convirtieron en una figura venerada en la comunidad del heavy metal, incluso, fue buscada por cantantes de otro género, como la banda de rock cristiano Barren Cross, que encargó a Sabine el entrenamiento vocal de su cantante principal, Dean Kohn, durante dos años.
A lo largo de su carrera, Elizabeth Sabine recibió numerosos reconocimientos por su contribución al heavy metal. En 2003, fue galardonada con el premio "Lifetime Achievement Award" en los Los Angeles Music Awards, un tributo a su impacto duradero en la industria musical.
A pesar de su fallecimiento en 2012, su impacto en el género sigue resonando, inspirando a nuevas generaciones de vocalistas a alcanzar la grandeza vocal.
Fotos de Alchetron | Wikimedia
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