Hay dos marcas en nuestra piel que son para siempre: las cicatrices y los tatuajes. Mientras que las primeras de ellas suelen llegar sin que las pidamos, los segundos suelen ser una opción estética bastante pensada. Por eso, cada vez más personas recurren a los tatuajes para ocultar una cicatriz causada por un accidente, una operación o incluso en casos de autolesiones del pasado. Estos son los consejos que debe conocer quien opte por esta opción... además de mucha inspiración (made in Instagram, claro).
Qué dicen los profesionales
Tatuar sobre tejido cicatricial no es lo mismo que hacerlo sobre la piel sana e intacta. De hecho, siempre se ha debatido si era recomendable tatuar estas zonas o no. Hemos hecho un sondeo entre ocho tatuadores y todos, excepto uno, han estado de acuerdo en que, tomando ciertas precauciones, es perfectamente factible tatuar sobre cicatrices. De hecho, nos aseguran que es una demanda cada vez más habitual entre sus clientes.
Todos coinciden en que se debe esperar al menos un año desde que se produjo la cicatriz hasta el momento de tatuarse. Algunos elevan la cifra a dieciocho meses para que la piel esté en la situación idónea, no solo para que el tatuaje sea seguro sino para que la tinta se agarre bien. Además, se debe evitar tatuar si la cicatriz presenta un tono rojizo, inflamado o, por supuesto, infectado. Cuando más se parezca la cicatriz al color de la piel, mejor. Y, por supuesto, elegir un tatuador con experiencia y, en caso de dudas, consultar al doctor que nos trató en principio la cicatriz.
Tatuajes para cubrir cicatrices comunes
Los tatuadores nos confirman que las cicatrices que se cubren más habitualmente son las de cirugías comunes, como de apendicitis o de reparaciones óseas. Algunos de los tatuajes más llamativos, por su tamaño, son los que cubren cicatrices a lo largo de la columna vertebral. También se utilizan tatuajes para tapar quemaduras o cicatrices no quirúrgicas. En Instagram se pueden ver ejemplos de tatuajes de diferentes estilos, todos con un mismo objetivo: sustituir una cicatriz por otra marca permanente. Es fundamental que cuidemos mucho su curación usando una crema para tatuajes adecuada.
El caso especial de las mastectomías
Uno de los casos más especiales, tanto para los tatuadores como para las personas que pasan por sus manos, es el de quienes se han tenido que someter a una mastectomía para tratar un cáncer de mama. Existen muchos tatuadores que dibujan pezones de forma gratuita a mujeres que quieren recuperar su autoestima (en ocasiones en colaboración con la Sanidad Pública), pero otras son más arriesgadas y deciden cubrir la zona con un tatuaje de gran tamaño, o incluso con uno que dé protagonismo a la cicatriz.
Tapar las cicatrices de autolesiones como parte de la superación
Otro caso peculiar es el de las personas que deciden tapar con un tatuaje las cicatrices fruto de autolesiones o intentos de suicidio. Las motivaciones suelen ser dejar de esconder las zonas por vergüenza a que otras personas las vean y, sobre todo, dar un paso adelante en la superación del problema. Como en el caso de las mastectomías, muchos artistas hacen estos trabajo gratis o con descuento.
No tapar... sino todo lo contrario
Un caso curioso es el de las personas que deciden utilizar los tatuajes no para tapar una cicatriz, sino para darle protagonismo. Cremalleras, agujas e hilo, cordones... El límite es la imaginación para conseguir un diseño único que nos recuerde qué produjo la cicatriz y que no tenemos que avergonzarnos de ellas.
Imágenes | Instagram, Inked Magazine.
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