Hablar de Giorgio Armani es hablar de elegancia y glamour. El modisto italiano ha presentado una colección de Alta Costura basada en los efectos ópticos que producen la superposición de múltiples capas de seda y tul.
El modisto italiano volvió a conquistar la pasarela de Alta Costura con sus propuestas Armani Privé en las que destacan ricos bordados en cristal de Swarovski, juega con drapeados y formas abullonadas, pero sin perder su fidelidad al patronaje clásico. Una novedad atípica de Armani es el guiño roquero a los años ochenta que se ha podido ver en algunas creaciones.
Diseños discretos y favorecedores, repletos de movimiento en colores poco llamativos como el gris piedra, malva, crema y amarillo pastel.
Lo mejor de todo son las superposiciones de capas de gasa, tul y chiffon, creando efectos ópticos. Es el caso del maravilloso vestido azul eléctrico.
Destacan las asimetrías de sus diseños, originales y llamativas, mucha pedrería, así como piedras semipreciosas y las chaqueta entalladas. Los vestidos largos son de faldas de amplios vuelos, muy sofisticados e ideales para lucir sobre la alfombra roja. Me quedo con el negro de un tirante. Mucho lujo. Un desfile impresionante.
Además, Armani quiso hacer homenaje a Valentino mostrando un espectacular diseño rojo de organza con una cascada de volantes en la última salida.
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