Si Chanel elegía las playas de Saint Tropez para mostrar su colección crucero 2011, Dior acudía a la ciudad de moda, Sanghai, a mostrar la colección ante las principales clientas de la actualidad, las nuevas fortunas orientales.
Y si el desfile de Chanel decepcionó a mucha gente, sinceramente, creo que el de Dior es aún peor. Me ha recordado a un batiburrillo de Versace de los 90 con esos colores flúor, mezclado con una Brigitte Bardot de los años 60, con algunos pases muy Balenciaga (el antiguo, nada que ver con Nicolas Ghesquière).
Evidentemente, Galliano sigue sabiendo hacer vestidos preciosos, tanto para la noche como de cocktail.
Pero esta mezcla de colores rosas y morados me parece que roza lo excesivo. Quizás es lo que buscan las nuevas clientas rusas y chinas, pero Dior corre el riesgo de perder las clientas europeas y americanas.
Hay más color aún: verde mente, coral, o lavanda.
Y no digo que no me gusten estos pantalones capri, las rayas marineras y estas chaquetitas entalladas tipo Bar.
Pero mezclarlos además con un estilo masculino de dandi trasnochado me parece totalmente absurdo (se supone que en referencia a Belmondo). Esperaba mucho más de John Galliano.
Algunos pases, con exceso de volantes, lazos y colores pastel, rozaba lo hortera de bolera. Algo que Cavalli o Dolce & Gabbana se pueden permitir, pero Christian Dior, no.
Voy a intentar dejaros con buen sabor del desfile con algunos delicados vestidos con encaje o los de organza que son de lo mejor.
Fotos | Style
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