Primera colección de Dior sin John Galliano, todavía sin nombrar oficialmente un sucesor (a pesar de haber rumores de todo tipo desde que se conoció el despido fulminante del diseñador gibraltareño) y hay que salvar los papeles como sea. Chanel y Christian Dior suelen depararnos las colecciones crucero más espectaculares y extensas, pero esta vez Dior no está para muchas fiestas.
Así que se limita a colocarnos prendas muy vendibles con las que cubrir el expediente: una magnifica colección de bolsos con mucho colorido, caftanes y blusones para la playa, coquetos vestidos de día y bellos vestidos de fiesta para la noche. Básicos para que sus millonarias clientas habituales puedan completar la maleta para unas vacaciones en la playa, pero no en una playa cualquiera, sino en Biarritz o Niza, o en alguna playa privada y exclusiva con sus casetas de playa.
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