Clare Waight Keller, a la cabeza de Givenchy, ha conquistado la pasarela parisina de Alta Costura con una colección donde la fantasía romántica inspirada en los jardines ingleses ha marcado las directrices de la propuesta. Entre músicos en las alturas (que crean una atmósfera mágica y bohemia) han desfilado las modelos con un total de 41 looks que nos permiten trasladarnos a la bucólica campiña inglesa con diseños contemporáneos que rozan la perfección.
La directora creativa de la firma francesa apunta que la literatura es su principal fuente de inspiración para la ocasión. Waight Keller se confiesa enamorada de las salas de jardín plantadas en Sissinghurst House (al sur de Inglaterra) por Vita Sackville-West (la novelista británica amante de la icónica Virginia Woolf). La familia que vivía a principios del siglo XX en la mansión fue la protagonista de la novela Orlando de Wolf, una obra que trataba temas tan polémicos en la época como la homosexualidad y el poder de la sexualidad femenina.
Givenchy dibuja a una mujer que convive entre líneas rectas y siluetas fluidas. Los trajes de dos piezas, formados por americanas estructuradas con hombros ligeramente marcados y pantalones de corte sastre, siguen una estética minimalista y se tiñen de blanco y negro.
Los vestidos, mayoritariamente largos y voluminosos, protagonizan esta colección en la que los colores suaves (como el melocotón y el lavanda) se dan la mano con tonalidades llamativas como azul klein y el morado intenso. Los total looks cromáticos son una de las grandes apuestas de Givenchy y apuntan a ser tendencia esta 2020. Asimismo, la inconfundible combinación blanco y negro protagoniza los últimos estilismos de la propuesta, con el total white como signo de pureza, sensibilidad y feminidad.
Los volúmenes XXL y los volantes siguen en primera línea esta temporada. De inspiración romántica y con aires delicados, vemos como ambos elementos son los reyes de las últimas estaciones en las apuestas de varias firmas. Givenchy propone, para la primavera 2020, maxi volantes (que parecen pétalos tridimensionales) en vestidos, faldas, tops, cuellos y mangas (de silueta poeta, por supuesto). Además, suma detalles como tejidos plisados, encaje Chantilly y aplicaciones de plumas para ratificar, con fuerza, que es una colección maestra de Alta Costura.
La estética novelera de la colección contrasta con diseños de efecto metalizado (en plata y cobre) y medias fantasía con aplicaciones brillantes. Ambos elementos rompen con la línea general de la colección y aportan el contrapunto perfecto para dar movimiento y diversidad a la propuesta.
Claire Weight Keller ha investigado en las raíces de la firma y así lo defiende: "esta es mi propia carta de amor a Hubert de Givenchy, porque entré en el archivo para esta colección y examiné la historia de la casa desde el principio". Los inicios de Givenchy nos trasladan a la época dorada del cine con iconos como Audrey Hepburn.
Más allá del cine, Weight Keller nos recuerda que, durante los años 50 y 60, las colecciones de primavera de la maison estaba destinadas, en parte, al universo nupcial. De este modo presenta, en la primavera 2020, una serie de modelos que presentan a una novia contemporánea, moderna y de estilo minimalista. Las más clásicas pueden optar por patrones con escote de palabra de honor y falda XXL mientras que las que las más atrevidas se enamorarán de los mini vestidos para novias y los trajes dos piezas de líneas puras.
Los accesorios no han pasado inadvertidos y en esta categoría encontramos dos claros vencedores. En primer lugar, los sombreros "paraguas" semitransparentes que crean un halo de belleza y arquitectura alrededor de las modelos. Los vemos tanto en tejidos de colores sólidos como con detalles de encaje. En segunda posición, los pendientes (solo a un lado, principalmente a la izquierda), son largos flecos que se tiñen de diversos colores.
En cuestión de belleza, las modelos lucen cara lavada y un ligero efecto wet en el pelo. De este modo, Givenchy logra que toda la atención se centre en sus diseños.
Y por último, pero no menos importante, el nombre del momento (y de esta colección) es Kaia Gerber. La top model cierra el desfile con un impresionante vestido de encaje cortado con hombros descubiertos y volumen en falda y escote. La joven luce el sombrero más inmenso de la propuesta que crea una especie de velo nupciales que conquista al público y a los expertos. Esta pieza es, sin duda, la obra estrella de la colección Alta Costura Primavera 2020 de Givenchy.
Felicitar (por todo lo alto) a Clare Waight Keller por esta obra de arte en forma de moda repleta de fantasía, grandilocuencia y feminidad es lo mínimo que podemos hacer. Larga vida a la Alta Costura francesa.
Fotos | Imaxtree
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